21.- Policía en acción.

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Lo invitó a entrar y ambos se sentaron en el sofá.

—Estaba en las noticias— le contó—. Supuse que no las habrías visto, así que vine de inmediato. ¿No está Larry?

Negó con la cabeza.

—Bueno, ya iremos a decirle— aprecio que no preguntara más—. Al parecer la policía no tenía nada que hacer ayer y encontraron las cajas que dejó Ash.

Le contó con detalles lo que había pasado en las noticias. Dijeron que las fotografías eran preocupantes (Todd apostaba que en verdad no les tomaron la importancia necesaria), pero el diario fue lo que los alertó. No dieron muchos detalles, pero como supuso cuando lo comenzó a leer, sólo se ponía más turbio, hablaba muy detalladamente de lo que quería hacerle a la chica, Maritza si no recordaba mal, hablaba de como llegó un punto donde era evidente que la comenzó a acostar incluso fuera de la escuela, como formuló más de 5 planes de como podría llevarla a su casa con y sin consentimiento.
No podían decir con seguridad cuál escogió al final, y definitivamente Maritza tampoco podía decirles.

—Estaba tan mal que la declararon muerta poco antes de salir de la casa— terminó, mirando con el ceño fruncido el piso frente a ellos—. Dicen que murió justo cuando subieron al ático y la encontraron.

Se quedó en silencio, observando como Gizmo aparecía por la cocina y se subía con un salto a las piernas de Todd, quien lo comenzó a acariciar vagamente. Siempre parecía que el felino sabía cuando alguien lo necesitaba.

—Pudimos...

—No, Sally— se apresuró a detenerlo—. Incluso si hubieran entrado al ático hubiera muerto. Estaba más allá que acá, y estoy seguro que se dejó morir ahora que por fin había llegado alguien.

En verdad quiso creerle. ¿Cómo era posible que no la escucharan? ¿Qué no vieran una entrada? Seguramente sobre sus cabezas se encontraba una trampilla que jamás llegaron a ver por estar demasiado concentrados en todo lo demás.

—¿Y el maestro?— preguntó con los dientes apretados.

—Lo detuvieron. Al parecer no notó las cosas que habían desaparecido y lo descubrieron mientras estaba cocinando.

Estuvieron en la casa de un secuestrador, y estaba seguro que esa descripción se quedaba bastante corta en comparación a la larga lista de palabras que lo describían.

—¿Antes de ella hubo más?

—No lo saben, siguen investigando— suspiró—. Juró que nunca antes había tocado a ninguno de sus alumnos, pero suena como que únicamente quiere ser lo menos culpable que pueda.

Pensó en todas las muñecas que había visto. Todas eran chicas y chicos reales, y no tenían forma de saber quiénes habían llegado a conocer el mismo destino que Maritza.

Y luego pensó en qué Ash también había estado en su punto de mira. El estómago se le llenó de acido tan ardiente que hubiera jurado que se iba a derretir. Tuvo unos fuertes deseos de tronar la mandíbula del maestro con sus nudillos.

—Van a buscar a todas las personas que salen en las fotografías y las que se mencionan en los diarios— explicó, bajando las orejas de Gizmo con sus dedos—. Probablemente ya contactaron a Ash, a las otras chicas y a Dennis. Larry se llevó tus fotos, así que no deberían venir contigo.

—No sé si sea buena idea decirle— pensó en voz alta.

—¿A qué te refieres?— preguntó.

—A Larry.

—Sigue...

—No me quiere dejar ver el diario— le contó—, no quiere hablar del tema está... No creo que quiera saber que el maestro al final si era una amenaza real.

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora