16.- Demasiado pronto.

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En algún momento sintió que si cerraba los ojos correría el riesgo de quedarse dormido, pero seguía sin tener sueño realmente, sólo se sentía relajado. El día en general había sido así, pero le era extraño el hecho de que ni una parte de él le pedía que tuviera cuidado. Alejó el pensamiento con un gesto.

—Yo era muy pequeño, pero mi madre me trajo aquí, lo sé— contó de repente, sin soltarle la mano.

Sally volteó a verlo, recordaba perfectamente que Travis había mencionado que su madre se fue cuando él era pequeño, algo así como el padre de Larry, la diferencia era que Sally no tenía idea de si había ocurrido de la nada, como el segundo caso, o si había tenido sus motivos.

—No me has contado mucho de ella— soltó, esperando no ser invasivo—. No tienes que hacerlo.

—Creo... Creo que me gustaría— admitió—. Jamás lo he hablado con nadie... Pero aquí vamos...

Sally le dio un apretoncito.

—Ella siempre fue... Amorosa, casi todos los días me llevaba fuera, pasaba por mi a la escuela y luego íbamos a comer a algún lado, y después paseábamos— ahora que estaban frente al lago, podía ver perfectamente las expresiones de Travis, en ese momento portaba una cara nostálgica, feliz—. Me gustaba mucho, pero siempre que volvíamos a casa, cuando mi padre no estaba ocupado, se ponían a discutir. Nunca me quedaba ahí, siempre me decían que me fuera a mi habitación y desde ahí no se puede escuchar mucho, así que te imaginarás que no supe cuál era el problema.

Tomó aire antes de continuar.

—Un día salí de la escuela y de inmediato se me hizo raro no verla ahí. Era una mujer puntual, supongo que algo normal al ser tan estricta, y siempre estaba ahí en cuanto ponía un pie afuera, pero ese día sólo no estaba.
Me senté en la entrada y esperé. Pasaron horas y verdaderamente me comencé a preocupar, estuve a punto de ir a buscarla, pero una maestra se ofreció a llevarme a la iglesia. Me tomó de la mano y fuimos.
Era uno de esos días donde mi padre estaba ocupado, así que me dirigí a la casa y la busqué ahí, como no la vi también la busqué por la iglesia, aunque era raro verla por ahí. Jamás la encontré. Me puse a llorar pensando que algo malo le había pasado.

Travis mantenía una expresión fría, casi le recordaba a esa expresión que solía tener en la escuela, un poco enojada y como que estaba listo para golpear a la primera persona que se atravesará en su camino.

—Pronto mi padre llegó, y por primera vez en años me abrazó. Fue extraño, quería separarme, pero en ese momento me dijo que mi madre se había ido, que había decidido tomar un camino peligroso para mí y que él se iba a quedar conmigo. Si te soy honesto, lo odie por permitir que se fuera... Lo quise culpar por todo, porque estaba seguro que mi madre se había ido porque no quería que le siguieran hablando mal y que la golpearan... — poco a poco sus palabras se volvieron un susurro y de repente se quedó callado, pensando, había demasiadas emociones en sus ojos.

Sally se recargó en su hombro, esperando que eso le mostrará que estaba ahí para él y le diera fuerza.

—Mi padre fue quién se quedó conmigo— prosiguió, pero ahora parecía que estaba hablando más consigo mismo—. Desde ese día comenzó a meterme más en los asuntos de la iglesia, me hizo leer la biblia, me hizo aprender un montón de rezos, me hizo ver la iglesia de una forma que jamás había hecho antes. Sé que no es un hombre perfecto, y sé que me ha hecho daño, pero es lo que él piensa que es correcto, ¿Sabes? Él se quedó conmigo y eso es lo que importa.

Sally no estaba de acuerdo, pero no se atrevió a decir nada.
Aunque en verdad trató de ver lo mismo que veía Travis, y falló, nada podía justificar los maltratos psicológicos y físicos de su padre.
Incluso con la luz tan tenue, se podían apreciar las marcas de heridas que aún no terminaban de curar. Y a pesar de que su madre tampoco había hecho lo mejor, no pudo evitar sentirse mal por ella.

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora