15.- Un campamento con sorpresa.

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A la mañana siguiente apenas se levantaron lo suficientemente tarde como para que les diera tiempo de volver a ducharse y prepararán lo que se tenían que llevar y algunas cosas extra.

Se despidieron de Lisa y luego subieron para que Sally le dejara suficiente comida a Gizmo y asegurara los aparatitos que Todd había puesto en las ventanas y puertas, las dejaría una semana más, ya después pensaría seriamente quitarlas. Antes de lo esperado, ya se encontraban en la parte trasera de la minivan antigua de los padres de Todd, con su madre manejando mientras tarareaba una canción en voz baja. Sally estaba seguro que era la primera vez que la veía tan sobria.

Al llegar les dieron las gracias y cuando el auto se fue no tardó en aparecer Ashley sobre su bicicleta. Siempre había dicho que algún día se compraría una motocicleta, y ahora que la había visto con una en su sueño, no podía dejar de pensar en que le quedaba excesivamente bien tenerla.

—Pensé que llegaría tarde, pero parece que lo hice justo a tiempo— los saludó, bajando de la bicicleta y caminando hacia ellos mientras la jalaba a un lado.

El lugar que habían escogido era un claro quizá demasiado pequeño para poseer ese título, pero la casa de acampar cabía perfectamente y todavía tenían un gran espacio para la hoguera. De todos modos todavía era temprano como para acomodar las cosas, así que decidieron caminar un poco al rededor, sin alejarse demasiado.

—Que bonito es el bosque— suspiró Todd respirando profundamente. Él era de los que menos salían de casa, pero era evidente que eso ocasionaba que las pocas veces que lo hacía apreciara con fuerza el aire libre.

En esa época todos los árboles se veían verdes, un poco azulados por el tipo, pero en general la naturaleza respiraba más viva que nunca, se escuchaba el viento y el trino de las aves. Había calma y al mismo tiempo un montón de movimientos pequeños.
Estaban tan acostumbrados a vivir rodeados de bosque, pero raramente decidían explorarlo.

En general el bosque se dividía en dos zonas, la no recomendable para el público y la que podía usarse para pasar la tarde o incluso acampar. La demanda era baja, estaba seguro que si caminaban un poco más podrían encontrar como máximo algún grupo de personas que también hubieran decidido alejarse del pueblo, pero también había una gran posibilidad de que estuvieran completamente solos.

No tardaron mucho en volver al lugar que habían escogido, la idea era prender el fuego antes de que la noche les cayera encima y se volviera difícil poder diferenciar los troncos secos de los húmedos.

Todd y Larry se encargaron de eso, mientras Ash y Sally ponían la tienda en pie.

—Vine aquí con mis padres y mi hermano hace unos años— le contó—. La idea era dormir aquí, pero a mí hermano lo pico una avispa y se negó a quedarse ni un minuto más. Fue una pena.

Jamás había conocido a su hermano, sólo lo pudo ver en una de las fotos de Ash. Era impresionante el parecido de ambos, casi hubiera podido decir que eran gemelos si no fuera por la diferencia de edad.

—Debe ser lindo tener un hermano— sonrió, conectado un fierro dentro de la tela impermeable.

—Tiene sus lados buenos, pero también negativos. Hoy rompió la radio de mi padre y te juro que pensé que no me dejaría venir. Ya sabes, se enoja con uno, se enoja con todos.

Su mente divago a la idea de tener un hermano menor. Lo más cercano que se le ocurría era Megan, ya no pasaba tanto tiempo con ella, pero de vez en cuando iba a platicar e incluso jugar, Larry solía acompañarlo aunque no le gustaba estar en ese piso y parecía más bien evitarlo.

—¿Ya ves?— habló el castaño desde lejos—. Te dije que ese tronco si servía.

Todd dijo algo tipo "tuviste suerte".

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora