46.- Lo que en verdad importa | Final.

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La exhalación contra su rostro fue lo que hizo que su mente comenzará a reaccionar.

Sin abrir los ojos pensó en lo agradable que sería despertar, darle de comer a Gizmo, y tomar una taza de chocolate caliente.
No era muy fan de la bebida, pero el antojo estaba ahí por algún motivo que no tenía ganas de cuestionar.

Inhaló y luego exhaló todo el aire que pudo.

Fue lindo escuchar a Larry soltar un pequeño quejido.

Se giró de forma que quedara boca arriba y no fue hasta ese momento que de dio cuenta de lo incómodo que estaba. Había un montón de ramas, hojas secas y piedras clavándose en su piel.

Apenas abrió los ojos se encontró con Larry mirándolo desde arriba. Excepto que no era Larry.

—Despertaste— habló detrás de la enorme barba.

Miró a su lado. Ahí si estaba su Larry, con los ojos cerrados y respirando lentamente, con el cabello lleno de hojas secas y ramitas.

Se sentó de golpe y definitivamente su cabeza no lo agradeció, pero tenía demasiadas preguntas como para ponerle atención.

—Esta bien— respondió el mayor a la pregunta que aún no formulaba.

Suspiró. Si Larry estaba bien ya podía concentrarse en todo lo demás que dijera. Carraspeo antes de hacer una pregunta que valía por la mayoría de las que tenía en mente.

—¿Cómo?

—¿Cómo...?

—Todo.

El Larry de la otra dimensión asintió. Cruzando las piernas y tomando un asiento invisible en el aire.

—Eras tú todo esté tiempo, ¿Verdad?— se sentía increíblemente estúpido. Debió notarlo antes— La voz.

—Si. Lamento que sonara tan... Mal. El eco y eso, ¿sabes? Tampoco pensé que fuera relevante que te dijera quién soy.

La verdad era que él si lo pensaba, pero estaba en el pasado.

—Respondiendo a lo otro. La verdad es que tampoco sé con seguridad... Nada. Pero puedes intentar preguntarme y responderé lo mejor que pueda.

—¿Tenemos tiempo?— preguntó para saber si debía ponerle prioridad a algo.

—No puedo quedarme aquí eternamente, pero tenemos bastante, si.

—Bien.

Pensó un momento. Miró a su Larry, que parecía cansado y pálido, y tuvo deseos de poder llevarlo a un mejor lugar para que verdaderamente descansará. Sabía que lo necesitaba.

—¿Qué fue lo que pasó cuando me quedé inconsciente?— preguntó primero, porque si bien quería conocer el panorama completo, sentía que era importante saber que lo que había pasado—. ¿Larry necesita un médico? ¿Yo ne...-? Oh.

Se miró la pierna.

Seguía sintiéndose incómodo, pero la venda había desaparecido y si bien la zona seguía cubierta de sangre, ya no se veía abierta y los músculos estaban ocultos bajo una piel cicatrizada. Podía percibir una sensación rara y aún así estaba seguro que no debía preocuparse demasiado.

—Los dos están lo suficientemente bien— asintió—. Pero sería mejor que vayamos por partes.

Mientras comenzaba a narrar, Sally se  quitó la sudadera roja y la extendió sobre el cuerpo de su Larry.

Hacía frío.

—Mi Sally estuvo aquí— habló mirando al cielo, el sol estaba de camino para comenzar a iluminar Nockfell—. Le diste pelea, pero al final logró conectar con tu cuerpo y tomarlo prestado sólo por el tiempo necesario.

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora