9.- El único cumplido que suena real.

1K 101 143
                                    

Pasaron un par de meses y por fin pudo tener algunos días de calma.

Calma era otro término para decir que desde la primera semana una ola de depresión comenzó a invadirlo, como hacía bastante tiempo no lo estaba. Trató de no mostrar cuán agotado mentalmente se sentía, pero era evidente que su seriedad se había vuelvo suave y ahora parecía tener dificultad hasta para levantarse de la cama o hacer cualquier otra cosa que no fuera dormir, por otro lado incluso en las noches luchaba un poco para lograr pegar los ojos. Los medicamentos comenzaron a consumirse más rápido y aún así no servía de mucho.

Y sin embargo ahí estaba Larry.

Antes ya pasaban todas las tardes juntos, pero ahora incluso pasaban las noches en el mismo cuarto. A veces se quedaban en el de Larry, otras subían y se quedaban en el de Sally.
Se acomodaban como podían.
Afortunadamente las noches eran frías y Sally era lo suficientemente pequeño como para que cupieran los dos en cualquiera de las camas. Larry se recostaba y luego Sally se metía entre sus brazos.
Ninguno parecía ponerle más peso de lo necesario.

Después de ver un documental de nutrias, Lisa no paro de comprarlos con ellas. Les había contado con ternura como se tomaban de las manos cuando dormían para que el agua no las separará y terminaran por perderse. De cierta forma, Sally sentía que era una buena y bastante acorde metáfora, pues realmente sentía como que Larry lo estaba manteniendo lejos de caer en un pozo profundo.

Le gustaba tener a quien lo cuidará y lo mantuviera vigilado, pero estaba tan acostumbrado a ser él quien se asegurará de que todos estaban a salvo que la sensación de no poder ayudarse ni a sí mismo lo ponía de mal humor. No quería volver a enfrentarse a una de esas épocas de depresión que lo habían atacado tantas veces en el pasado.

Al final se dio cuenta que lo único que podía hacer era apresurarse a mejorar. Y fue lo que hizo.

No fue nada fácil, porque jamás era tan fácil como sólo despertarte y decidir que todo iba a mejorar, ya quisiera la sociedad que fuera así, pero al menos se comprometió a hacer lo que podía.

Además de contar con la ayuda de su amigo, las cartas de Travis lo habían mantenido a flote en cierta medida. Dentro de poco ya se habían vuelto bastante cercanos.

Algo dentro de él sabía que jamás sería igual que con Larry, pero era evidente que su relación había evolucionado a algo mucho más fuerte que hace unos meses.

Sus sueños anómalos estaban tranquilos, la verdad era que no había tenido ninguno en mucho tiempo, ya ni siquiera podía decir que las pesadillas seguían molestándolo. Los sueños malos persistían de vez en cuando, pero tener a Larry a un lado hacía que las pocas veces que llegaba a tenerlos no pasará de levantarse, darse cuenta que estaba completamente a salvo, y volver a luchar con el insomnio. La verdad era frustrante.
Estaba agradecido, pero ahora estaba luchando entre seguir esperando que la persona de su sueño se comunicará con él, o tomarlo como que sólo fue un sueño raro al que le había tomado demasiada importancia. Y no estaba seguro de si eso hablaba muy bien de su salud mental. Siendo justos era consiente de lo mala que era en un principio.

Las clases de matemáticas seguían siendo sus menos favoritas, pero pronto se había dado cuenta que no tendría que preocuparse por su calificación. No tanto como pensó al menos.

—No puede ser posible que siempre te califique mal los ejercicios y aún así te ponga notas... regulares en la lista— se sorprendió Todd.

—Tiene sentido que lo haga conmigo— explicó Ash—. El cabrón es un pervertido y lo hace también con las gemelas y con Melody, pero tú... No quiero decir que no seas encantador, es sólo que...

Sólo un mal sueño | Sally Face | LarrisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora