DIEZ

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EMILIO

Aun no podía entender por qué estaba aquí. Claro, había estado en las fiestas de cumpleaños de Azul desde el séptimo grado, pero eso había sido porque Daniel quería venir. Este año, lo que Dani quería ya no importaba, ¿Así que por qué rayos estaba aquí?.

La piscina tenía varias luces estroboscópicas de diferentes colores que venían desde un balcón de arriba, haciendo que el agua azul fuera de un color rosado, púrpura, verde y amarillo. Hamacas rodeaban la piscina junto con antorchas tiki. El año pasado, Diego había chocado con una de ellas y un paraguas estalló en llamas. Antes de que el fuego se saliera de control, Eduardo había recogido el paraguas y lo lanzó a la piscina. Nos reímos de ello durante semanas.

Me dirigí hacia el bar improvisado justo fuera de la casa de la piscina, lo que básicamente consistía en tinas grandes de metal llenas de hielo y tragos. Si iba a poder soportar la noche, necesitaba alcohol. Mucho alcohol.

—¡Emilio! ¡El hombre ha llegado! —dijo Manuel arrastrando las palabras. Ya estaba borracho. Eso no era sorpresa. Los chicos Méndez eran los dueños de la tierra en donde teníamos nuestras fiestas de campo. El hermano de Manuel las había comenzado años atrás. Asentí en su dirección y cogí una cerveza que estaba escondida bajo los cubos de hielo.

—Eso es amigo, bebe. Ya no tienes que impresionar al hijo del predicador, ¿Verdad? —gritó Manuel desde el centro de la piscina. Estaba en un flotador con una chica que estaba seguro asistió a nuestra escuela. No respondí a su estúpido comentario. Como si a Daniel le importara eso. Diablos, él me dejó por Eduardo. Abrí la cerveza, después arrojé la tapa a la bandeja de bebidas, y tomé un largo trago. El frío líquido no me hizo sentir mejor, pero al menos sabía bien.

Caminé de regreso a la casa con la esperanza de encontrar un televisor para poder ver ESPN Sports Center, solo había hecho unos pasos antes de que las puertas se abrieran y entraran Daniel, Eduardo y Joaquín.

Ah, rayos, me hubiera quedado en casa. Dani saludó con la mano a Azul y tiró de Joaquín hacia donde estaba descansando con otras chicas. Los ojos de Eduardo se encontraron con los míos y caminó hasta llegar a mi lado. Sus dos manos estaban metidas en los bolsillos delanteros de su pantalón.

—Nunca imaginé que llegarías a esto —dijo a modo de saludo.

Encogiéndome de hombros, levanté la Cerveza en mi mano:
—Cerveza gratis. Mi hermano sonrió y asintió con la cabeza. Cerveza gratis era definitivamente algo que sí entendía. Sus ojos no dejaron a Dani mientras charlaba alegremente con las otras personas. La pequeña tela que llevaba sobre sus piernas dejaba poco a la imaginación. Nunca se vistió de esa manera cuando estábamos juntos. Probablemente otro de sus intentos de ser perfecto para mí. Qué mierda.

—Más vale que sea Joaquín al que estás viendo —advirtió Eduardo.

Observé a Joaquín y me sorprendí al verlo con un crop top. Sus abdomen no era tan bronceado, pero era de color crema pálido parecía delicado. Pasé mi mirada por su cuerpo y aprecié la forma en que las caderas sobresalían de la pequeña cintura completamente visible. Su cuerpo parecía tan perfectamente suave.

—Creo que le gustas. —Las palabras de Eduardo irrumpieron mis pensamientos y retiré la mirada de la cabeza de Joaquín, y miré a mi hermano.

—¿Qué?

—Joaquín preguntó por ti esta noche. Sobre si estarías aquí. Creo que puede tener un enamoramiento por el mariscal de campo.

Volví mi atención hacia Joaquín en el mismo momento que él se volvió sobre su hombro y nuestros ojos se encontraron. Se quedó quieto, como si estuviera en shock de que haya estado mirando en su dirección. El primo de Daniel no era feo para los ojos y era muy dulce. Tomé otro trago de la Cerveza mientras jugaba con la idea de despejar mi mente de Daniel con Joaquín.

—Te lo dije —dijo Eduardo en tono divertido.

Tal vez él tenía razón. La boca de Joaquín se alzó en una pequeña sonrisa y recordé lo suave que sus labios se sintieron bajo los míos. Había sido un beso espectacular.

—Vamos, busquemos algo más fuerte que una cerveza. Ya es hora de que te olvides de Daniel antes de que terminemos partiéndonos la mierda otra vez.

Mi hermano se dirigió hacia la casa de lapiscina y de mala gana alejé mi mirada de Joaquín, la cual habíamos estado sosteniendo por más tiempo del que esperaba, para seguir a mi hermano.

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Creo que estos caps son mas cortos perdon :c nos leemos mañana

2.- YO SOY TUYO (EMILIACO) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora