JOAQUÍN
Mi celular sonó y rápidamente lo saqué de mi bolsillo. Era Daniel Le había enviado un mensaje de texto diciéndole que iría a navegar con Emilio hoy. Mi primo debió haber pensado que sería mejor llamarme en vez de responder por texto.
—Hola —dije, intentando no mirar a Emilio. Conducía, pero podía sentir sus ojos sobre mí.
—¿Irán ustedes dos solos? Porque sí es así, no es seguro. Eduardo y yo podemos ir, también.
De ninguna manera quería a Daniel cerca de Emilio hoy. Necesitaba llamar su atención y cuando Daniel está cerca, él solo tiene ojos para mi primo.
—No, vamos a esquiar. Otros vendrán, también. Es seguro.
—Si es Daniel dile que él y Eduardo son bienvenidos si quieren venir —dijo en voz alta. Genial.
—Dile que gracias, pero si ya van con otras personas, probablemente será más divertido sin Eduardo, Emilio y yo juntos... —su voz se desvaneció.
—De acuerdo, se lo diré.
—Está noche Eduardo y yo iremos a la playa a comer unas pinzas de cangrejo y luego iremos a escuchar tocar a un grupo en el muelle. Andrés tiene otros dos boletos y estaba preguntándose si tú querías ir, ya sabes... con él.
¿Andrés? Giré la cabeza para así poder mirar por el rabillo a Emilio. Miraba el camino, pero sabía que toda su atención se centraba por completo en mi conversación con Daniel. Me molestaron las razones detrás de su interés, así que decidí que dos podían jugar este juego.
—Claro, me encantaría ir esta noche. Estoy a punto de ver a Andrés, así que se lo diré yo mismo.
La cabeza de Emilio se volvió para mirarme y yo le lancé una sonrisa inocente y me despedí de Daniel antes de colgar.
—Daniel y Eduardo ya tienen planes para hoy. Sin embargo, dijo que te diera las gracias. —Si quería saber sobre Andrés, tendría que preguntar.
—¿Qué quería que le dijeras a Andrés?
Abrí mi boca para responder de manera casi automática, pero la cerré rápidamente. Esto no era de su incumbencia. Sólo porque me lo preguntó, no significa que tenga de decírselo. El viejo Joaquín le habría soltado todo lo que él quería saber. Este Joaquín no haría eso. Este Joaquín no era un cachorrito enamorado...de acuerdo, quizás lo era, pero él no tiene por qué saberlo.
—Si hubiera querido que supieras los detalles de mi conversación, hubiera puesto a Daniel en altavoz—respondí finalmente.
—Auch. Yo sólo preguntaba.
Quizás fui un poco borde con mi comentario. Quería gustarle a Emilio y me invitó a esquiar con él.
—Lo siento. No era nada de tu incumbencia. No quise sonar tan grosero.
Emilio no respondió y el silencio envolvió la camioneta. Cuando se detuvo en el estacionamiento de los botes, decidí que ya había pasado el tiempo suficiente para decidir cómo manejar su silencio. Pasar el día en un bote con un Emilio molesto no sonaba divertido.
—Lamento haber sido tan grosero. No era nada importante, la verdad.
Emilio apagó el motor y se volvió para encontrarse con mi mirada. Me estudió por un momento, y luego finalmente asintió.
—De acuerdo. No debí haber metido mi nariz en tus asuntos. Pensaba que éramos amigos. No creí que te molestaría que preguntara.
Grandioso. Ahora me sentía tan inferior como la suciedad en el fondo de mis zapatos.
—Somos amigos. No sé porque te respondí así. Supongo que me avergonzó todo el asunto. —Lo cual era en parte cierto.
Frunció el ceño, lo cual lo hizo ver ridículamente sexy. —¿Por qué Daniel te pediría decirle algo embarazoso a Andrés?
Perfecto. Me coloqué a mí mismo contra la pared. No podía responderle tan grosero otra vez. No me gustaría que estuviera todo hosco y callado por mí. El mejor movimiento sería mentir.
—Nunca he tenido una cita antes. Andrés me preguntó si quería ir con él a un concierto esta noche. O le pidió a Daniel que me preguntara si yo quería ir con él. —O quizás debería decir toda la verdad y quedar como idiota. ¡Genial! Necesitaba mejorar en mis habilidades de mentiroso. Abrí mi boca para mentir, pero en su lugar salió la verdad. Me obligué a no hacer una mueca y tomé la manija de la puerta. La sorpresa en los ojos de Emilio fue humillante. Yo tenía dieciocho años y nunca había tenido una cita. Era triste. Y ahora Emilio sabía lo patético que era.
—Espera —la mano de Emilio salió disparada y me agarró el brazo para detenerme antes de que saltara de la camioneta.
Suspirando, me giré para ver dentro de sus simpáticos ojos, pero no encontré exactamente simpatía o asombro. En cambio, él parecía... frustrado. Bueno, esto es interesante.
—¿Te gusta Andrés?
Sí, me gustaba Andrés. Era amable, atento, divertido, dulce, y se sentía atraído por mí. No había un ex novio que no pudiera superar en mi camino. Pero él no era Emilio.
Asentí, no dije nada más. En cambio, esperé.
Emilio abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró y cerró los ojos con fuerza antes de sacudir la cabeza y dejar libre mi brazo.
—No importa. Vamos.
Él abrió su puerta y salió. Daría cualquier cosa para saber lo que iba a decir antes de detenerse hace un momento. Pero la conversación ya había terminado. Su curiosidad había sido saciada y yo tenía un día entero para insistir en el hecho que no maté la oportunidad que tenía con él. Andrés era su amigo y después del lío con Eduardo, dudaba que Emilio hiciera alguna vez un movimiento con el chico de su amigo.
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2.- YO SOY TUYO (EMILIACO) TERMINADA
ФанфикEl era el chico Osorio perfecto, buenos modales, todo un caballero pero no era mio, el era novio de mi primo Daniel, sin embargo luego de terminarlo por Eduardo ahora me dejaba el camino libre para conquistar a Emilio Osorio. SEGUNDA PARTE DE EL ES...