TRECE

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JOAQUÍN

—¿Joaquín? —la voz de Daniel rompió mi batalla interna de si debía quedarme o volver a casa.

—Sí —contesté, deseando poder fingir que estaba dormido.

Daniel abrió la puerta de la habitación de huéspedes donde mi tía había insistido que durmiera en vez de en el colchón extra en la habitación de mi primo, donde normalmente dormía. Me senté y lo  observé caminar hacia mí retorciendo las manos. Ese único gesto nervioso me dijo que esto era sobre Emilio. No era algo de lo que quisiera hablar. Al menos no esta noche.

—Um, ¿Te... uh, te gusta Emilio?

¿Qué tan ciega podía ser una persona? Daniel siempre ignoró al mundo alrededor suyo. Tenía su pequeña burbuja y no se preocupaba por nada que no lo afectara. Ahora, estaba invadiendo su burbuja y se estaba dando cuenta de cosas que debería haber notado hace años.

—Sí, un poco.

Sus perfectamente tersos hombros se sacudieron con un suspiro y asintió.

—Lo supuse.

Se sentó cuidadosamente en el borde de la cama. Estudie su cara y me pregunté si su preocupación era por él, por mí, o posiblemente por Emilio.

—Emilio no era el mismo esta noche. Sabes eso. —Levantó la mirada para encontrar la mía y solo vi tristeza. No celos o ansiedad. Solo estaba triste.

—Lo sé. Ni siquiera me di cuenta de que tomó. Pensé que eso era cosa de Eduardo.

—Normalmente no lo hace. Esta noche era un lado de Emilio que nunca vi. Era muy parecido a Eduardo. O al menos parecido a como Eduardo solía ser.

Sus palabras hicieron encajar todo. El rompecabezas que Emilio había creado cayó en su lugar. Había actuado como Eduardo cuando quería a Daniel y no lo tenía. Un pequeño dolor comenzó en mi pecho y desgraciadamente me era muy familiar. Era el mismo dolor que sentía cuando veía la tierna, devota mirada que Emilio le daba a Daniel cada vez que lo miraba. Lo que había sido seguido.

—Tiene sentido —murmuré más para mí que para Daniel.

En vez de preguntar a lo que me refería, asintió y miró desesperadamente la pared azul pálido frente a él. Al menos lo entendió y no tuve que deletreárselo. Emilio estaba lidiando con no tener a Daniel, bebiendo y actuando. Habían pasado seis meses por Dios. ¿Cuánto tiempo necesitaba?

—Me mandó un mensaje esta noche.

—¿Quién? —Asumí que estaba hablando de Emilio pero con Daniel nunca sabías a que chico Osorio se refería.

—Emilio. Preguntó por ti. Quería que te dijera que lo lamenta.

Mi estúpido corazón se aceleró y traté de mantener la cara serena. Me recordé a mí mismo que probablemente estaba más preocupado en los sentimientos de Daniel que en los míos.

—Oh —Fue la única respuesta que pude dar.

—No sé cuáles son sus motivos Joaquín. Digo, eres hermoso y él está soltero. Entiendo que esté interesado.

—Pero también estas preocupado de que me esté usando para llegar a ti —terminé por él.

Daniel puso su labio inferior entre sus dientes e hizo una mueca. Sip, sonaba mal en voz alta. Pero era la verdad.

—El Emilio que conozco, el que amaba, no es calculador y cruel. Pero el Emilio que conocí nunca se hubiera emborrachado en una fiesta ni se hubiera liado con un chico en público. Mierda, estoy seguro de que hiciste más con Emilio en ese sillón que yo en los tres años que salimos —Dani soltó una dura risa—. Básicamente tenía que rogarle por más que unos pocos besos. Era tan controlado. Esta noche, cuando bajé y los vi y bueno...sus manos... —balbuceó.

Sabía exactamente donde habían estado sus manos y recordarlo calentaba mi cara.

—Creo que lo que estoy tratando de decir es ten cuidado. No sé lo que trama y no quiero creer que te está usando para llegar a mí. Solamente no creo que el haría eso. Sinceramente, si tú y Emilio se vuelven pareja estaría feliz por los dos. Es un chico maravilloso. Solamente no era "mi chico"... ¿Entiendes?

No sabía que decirle. Estaba sorprendido de que estuviera tan bien con Emilio siguiendo adelante. Seguro, Eduardo estaba bueno, pero si Emilio fuera mío estaría devastado viéndolo seguir adelante.

—Quiere tu número. No se lo di. No sabía lo que querías que hiciera.

—Dáselo —respondí rápidamente.

Daniel rió y asintió antes de pararse.

—Bueno, está bien. Estoy feliz por saber dónde estás parado. —El tono de broma en su voz era un alivio. Él realmente estaba bien con esto.

—Este verano...venir aquí...no fue solo para pasar tiempo contigo antes de la universidad.

Daniel sonrió y levantó las cejas. —No puedo creer que me estés diciendo que un chico Osorio te trajo a este pueblo y no yo. Encogiéndome de hombros, le devolví la sonrisa.

—Son difíciles de resistir.

—Ni me lo digas.

~ * ~

Me paré en la ventana y miré a Daniel saltar a los brazos de Eduardo y besar su cara como si no lo hubiera visto la noche anterior. Era un poco grotesco. Él estaba sin camisa y cubierto de sudor. Volteó su gorra de baseball, sucia, de la universidad de Princeton, hacia atrás, antes de agarrar el rostro de Dani y apoderarse de sus labios. Sacudiendo la cabeza, me alejo de la gran demostración pública de afecto que están compartiendo con toda la calle. Daniel había estado limpio cuando salió y ahora tenía el sudor de Eduardo por toda su ropa. Sin mencionar el césped pegado a su cuerpo.

Sería mejor que su papá no llegara a casa para un almuerzo temprano. Eso no iría bien.

El corto clip de Tell him de Colbie Caillat me dijo que tenía un mensaje. Corriendo a la cómoda donde había dejado el teléfono, lo agarré y mi corazón se aceleró antes de leerlo.

Emilio: Es Emilio. Lamento lo de anoche.Déjame compensarte. Estoy sacando el bote hoy. Ven conmigo, porfavor.

Ni siquiera me di tiempo para pensarlo. Rápidamente escribí.

Yo: Está bien. ¿Cuándo?

Actuar difícil sería la mejor forma de manejar esto, si en verdad le gustara. Pero no estaba seguro. Si solo era un arma para usar contra Daniel tenía que cambiarlo. Hacerlo verme.

Emilio: ¿Puedes estar listo en una hora?

Yo: Sí

Emilio:Lleva un traje de baño.Preferiblemente, un pequeño short que deje ver esas sexys piernas.

Tuve que tomar un tranquilizante sorbo de aire y releer el mensaje varias veces antes de responder.

Yo: De acuerdo

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2.- YO SOY TUYO (EMILIACO) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora