EMILIO
Estaba borracho. Solo había estado borracho una vez en mi vida y fue el día que descubrí lo de Daniel y Eduardo. Estaba casi seguro de que estaba más ebrio ahora, de lo que había estado ese día. Mi estómago giró y me incliné por tercera vez y vomité en los arbustos frente al patio de Azul.
Sudor frío corría por mi cara, descansé las manos en mis rodillas y cerré los ojos rezando para no desmayarme en mi vomito. ¿Por qué demonios había tomado? Todo lo que recordaba era ponerle un poco de ron a una o más de mis Coca-Colas. Quizás hubiera parado de agregarle Coca-Cola después de un momento y hubiera seguido solo con el ron... no, esperen, cambié a vodka. Nos habíamos quedado sin ron. Mi estómago palpitó otra vez, pero no quedaba nada para que saliera. Retrocediendo, me incliné contra los ladrillos fríos y deje que la briza me refrescara.—Toma esto, estúpido idiota.
Abrí los ojos para ver la expresión molesta de Eduardo antes de que presionara una helada botella de plástico en mi mano. Bajando la vista, vi que me había traído agua. El gusto del alcohol regurgitado no era atractivo. Debería agradecerle por venir al rescate, pero simplemente no podía. Abriendo la botella, tomé un gran sorbo e instantáneamente me sentí mejor.—Toma un poco más, luego ven, voy a llevarte a casa. Su actitud mandona me estaba poniendo nervioso. No era de repente el buen hermano, o primo por lo que sabía la gente. Solo porque tenía a Daniel no lo hacía el inteligente.
—¡Vete, Eduardo! —gruñí y tomé más agua.
—Le prometí a Daniel que no metería un poco de sentido en ti esta noche. No me hagas romper esa promesa.
Rodando los ojos, lo empujé del lado de la casa donde había estado descansando y lo pasé de camino a mi camión. Ya no estaba ebrio. Acababa de expulsar cada gota de alcohol en mi cuerpo en los arbustos.
—No hagas esto Emilio. Tomaste demasiado y estás listo para desmayarte. Déjame llevarte a casa. Deteniéndome, di la vuelta y lo miré.
—¿Por qué? Todo lo que hago es molestar a Daniel. No puedo dejar de mirarlo. De quererlo. ¿Por qué mierda quieres ayudarme?
Eduardo dejó escapar un suspiro y me devolvió la mirada. —Porque eres mi hermano.
Eso era lo esencial de la cuestión. Seguro que no le había importado que fuera su hermano cuando robó a mi chico. Técnicamente, había pensado que era su primo pero siempre fuimos cercanos como hermanos.
—Pensé que habíamos terminado con esto, Emilio. Me diste tu bendición. Le diste a Daniel tu bendición y te marchaste.
¿Qué está mal? ¿Qué estaba mal? Todo estaba mal. Se quedó con mi chico. Se quedó con la universidad a la que quería ir. Se quedó con todo lo que quería en la vida.
—Nada —murmuré dándome la vuelta y me dirigí de vuelta al camión.
—Emilio, literalmente te voy a forzar a entrar a mi camión si tengo que hacerlo —
Eduardo no sonaba enojado, solo sincero. Esta noche, no estaba para manejar un uno a uno con él. Estaba más que seguro de que perdería y probablemente tendría algunos moretones para probarlo.—Está bien. Llévame a casa.
~ * ~
Luego de que Eduardo me dejara, tomé una larga ducha y me metí en la cama. Por suerte, ninguno de mis padres se levantó para checarme. Una vez que puse las sabanas sobre mi cintura, miré al techo y repetí el ataque que había tenido Daniel en mi mente. Había estado enojado. ¿Por qué? ¿Por qué me estaba enganchando con Joaquín en público? Todo lo que hicimos fue besarnos. De seguro, fue un beso caliente y la piel del chico era increíble para tocar. Su cabello olía a una flor suave y antes de que fuéramos interrumpidos por la estúpida demanda de Sebastian de que nos consiguiéramos una habitación, había estado pensado lo mucho que quería probar la piel de su cuello. Su pulso se había acelerado bajo mis labios y era embriagador. No era nada que hubiera experimentado antes.
Daniel había puesto fin a las cosas. Había estado bufando como loco. Incluso un poco demasiado loco. ¿Estaba...celoso? ¿Podía estarlo? No había salido con nadie desde la ruptura. Nunca me
había visto con otros chicos y ciertamente no liándome así. Pero... celoso... quizás. Una pequeña sonrisa levantó las esquinas de mi boca y alcancé mi celular.
Yo: Por favor dile a Joaquín que lo siento por emborracharme y ser un idiota.
Apreté enviar y esperé por la respuesta de Daniel. Sonó, casi de inmediato. Sonriendo, me senté y leí.
Daniel: Sí, lo fuiste.Le diré. Solo aléjate de él.
Estaba celoso, no le gustaba que estuviera interesado en otro. Daniel quería a los dos hermanos Osorio cautivados por él. Bueno, esto podía terminar siendo muy divertido.
Yo: No puedo hacerlo Daniel. De verdad me gusta.
Casi pensé que no iba a contestar cuando el teléfono se iluminó y leí su texto.
Daniel: No lo quiero lastimado.
Me reí solo; lo conocía mejor. Él no quería compartir mi amor. Malcriado mezquino.
Yo: No lo lastimaría. Quiero pasar tiempo con Joaquín. ¿Puedo tener su número?Daniel: No esta noche.
Me acosté sonriendo, pensando que Daniel acababa de volver este juego demasiado divertido para dejarlo.
******************************************************************************************
quisiera que sepan que publico el cap y luego hago los cambios que se me van porque wattpad muevr los espacios, asi que les recomiendo que me den unos minutos antes de leerlo :3
![](https://img.wattpad.com/cover/305754184-288-k248627.jpg)
ESTÁS LEYENDO
2.- YO SOY TUYO (EMILIACO) TERMINADA
Hayran KurguEl era el chico Osorio perfecto, buenos modales, todo un caballero pero no era mio, el era novio de mi primo Daniel, sin embargo luego de terminarlo por Eduardo ahora me dejaba el camino libre para conquistar a Emilio Osorio. SEGUNDA PARTE DE EL ES...