Capítulo 5

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Capítulo 5

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Capítulo 5

Jillian


Yo iba alistarme en casa a salir hacia la iglesia de punta en blanco. Léase bien el tiempo en el que fue dicho el verbo; "iba". Lianna me llamó esta mañana y tuvimos una conversación amena mientras se oían gritos y órdenes de diferentes mujeres en el fondo. Ella me invitó amablemente a alistarme con el resto de las damas, incluso cuando no sería una de ellas y ellas tampoco. Pero como me gusta juntarme con el grupo y escuchar a la madre de Johana dar órdenes mientras yo permanezco lejos de todo el asunto, acepté ir.

Por eso estoy saliendo de casa tres horas antes de lo previsto, con mi vestido en un saco de cuero falso para que no se arrugue, mis tacones metidos en una bolsa de tela en lo profundo de mi maleta de mano junto a mis kilos más valiosos de maquillaje. Hay más en ese bolso de mano, pero no merecen mención. Aquí lo importante es que tengo todo metido en el asiento trasero de mi auto y yo voy al límite de velocidad en zona urbana.

Llego a la casa de Johana en tiempo récord, agradeciendo que el tráfico no estuviese atestado y que me permitiera llegar a tiempo. Lianna me abre la puerta, sonriendo feliz. Es extraño que su cara refleje tal alegría cuando solo hay gritos proviniendo desde adentro.

—Qué bueno que llegas, necesito una distracción con urgencia.

Oh, ya entiendo su expresión de alegría.

—¿Tal vez hagamos un mini tutorial de maquillaje? —propongo y ella asiente luego de pensarlo por unos segundos.

—Podemos robarnos a Alicia para hacer el maquillaje en su perfecta cara.

—Excelente idea, me encanta tu visión.

Entro y cierro la puerta, apretando el agarre en el asa de mi bolso.

—Ven, vayamos a ver cuál es el problema en la habitación de la novia.

Dejo mi bolso en un sofá al pasar por la sala y acompaño a Lianna a la habitación de Johana, que es un hervidero de gente exaltada. La novia está frente al tocador, su estilista haciendo su peinado y las ayudantes del estilista haciendo su manicura. Hannah, Karol y la madre de Johana están rodeando a los profesionales, dando opiniones sobre el peinado que quieren, mientras Alicia observa desde la distancia, haciendo hondas en su cabello. Al verme, sacude la mano hacia mí, saludando.

—¡Hola! —Alzo la voz sobre el bullicio y las mujeres exaltadas se detienen un segundo para girarse hacia mí y saludarme, pero regresan a su asunto un segundo después, iniciando una nueva pelea a gritos.

—Los chicos, esos malditos —masculla Lianna esto último—, se fueron a casa de Liam a arreglarse, aunque sospecho que están jugando videojuegos en este momento.

Tuerzo el gesto.

—¿Por qué no me invitaste a pasar el rato con ellos?

Lianna suspira.

Tócame © | The Scene II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora