Capítulo 4

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Capítulo 4

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Capítulo 4

Leo


Bailar con ella ha sido la peor idea que se me ha ocurrido en la vida, y no porque baile mal. De hecho, lo hace muy bien. He ahí el problema.

Se mueve como una maldita experta, contoneando la cintura de forma provocativa. Y, para rematar, al DJ le dio por poner música provocativa también. ¿Desde cuándo Cross Your Mind, una de las canciones que fueron parte del soundtrack de la película 'Cincuenta Sombras Más Oscuras' es un tema para ponerlo en una despedida de solteros? Ese DJ va drogado, apuesto mi auto a ello.

Jillian, ajena a mi dilema interno, baila poniéndole el corazón a sus movimientos. Eso sí, mantiene su cuerpo a unos centímetros del mío, evitando tocarme más de lo indicado. No sé si se lo agradezco o se lo reprocho. Dado mis últimas cavilaciones, debería agradecerle, pero es que quiero tocarla, y mucho, algo contradictorio. ¡Ella no me gusta! Solo me divierto molestándola, es todo.

¿Lo peor? Puedo ver desde aquí a Dan y JJ disfrutar de mi desgracia. Ellos bailan, JJ con Karol ‒un gran acontecimiento, no sé por qué se fijan en mí si algo como eso está ocurriendo‒ y Dan con Hannah y Alicia. Y aunque sus escenarios son mucho mejores que el mío, ellos prefieren burlarse de mí desde la distancia.

Muevo la cabeza al otro lado solo para encontrar la expresión divertida Liam. Se está mordiendo el labio inferior, ocultando una risa, y menea sus cejas de arriba abajo. De los cuatro él es quien más me comprende cuando nos exasperamos alrededor de Dan y JJ, pero ahora se les ha unido. Estoy solo en esta pelea, por lo visto.

Excelentes amigos los que tengo.

El roce en mi muslo regresa mi completa atención a Jillian. Se ha puesto de espaldas y su trasero se menea justo frente a mis caderas, está inclinada un poco hacia el frente y su cabello está recogido sobre su hombro, dejando a la vista una parte de su cuello.

Atraído por una fuerza mayor que yo, pongo una mano en su cintura, pego mi parte frontal a su parte trasera y me muevo a su ritmo. Me mira sobre su hombro con sorpresa, pero no se aparta. Al contrario, se acerca más. Traslado mi mano a su abdomen y hago presión, causando que su espalda se pegue a mi pecho. Su olor inunda mis fosas nasales y respiro profundo, inhalándola.

No puedo detener mis siguientes acciones; pongo mis labios en su oído y suelto el aliento. No sé si lo imagino, pero un pequeño temblor la recorre. Sin embargo, no deja de moverse. Bajo mi cara, recorriendo su cuello hasta su hombro con mi nariz y ella suelta un suspiro. Estoy perdido, no puedo pensar, solo sentir, y ella contra mí se siente malditamente bien. Nunca otra mujer había despertado tales sensaciones, y nada más por ese hecho debería estar corriendo en dirección contraria. Pero no puedo hacerlo.

Se siente tan bien.

—¡Leo!

El chillido que viene de frente a nosotros es como recibir un balde de agua fría. Jillian salta lejos de mí, su respiración agitada y ojos abiertos, como si la hubiesen atrapado haciendo algo malo.

Tócame © | The Scene II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora