Capítulo 28

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Capítulo 28

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Capítulo 28

Leo


Jillian es una visión en este momento, algo tan hermoso que me cuesta dejar de mirarla. Desnuda, acostada en la isla de su cocina y a mi merced es como un sueño hecho realidad.

Cubro su punto erógeno con mis labios y suelta un gemido que se queda grabado en mi memoria. Llevo mis dedos a su entrada y acaricio alrededor, haciendo que tiemble y alce las caderas, queriendo más. Introduzco un dedo, lento como el movimiento de mi lengua, y sus paredes se aprietan.

Sonriendo satisfecho, agrego otro dedo y empiezo a moverlos dentro y fuera, acelerando de a poco.

—¿Ya no me odias? —cuestiono y alza la cabeza, sus ojos encendidos.

—Te odiaré más si no empleas tu lengua en algo más interesante.

Suelto una carcajada y, sin apartar mis ojos de ella, bajo mi boca de nuevo a su cúmulo de nervios.

Acelero y suelta un gemido profundo y largo. Se retuerce y sus piernas se cierran. Con mi mano libre la detengo y la mantengo abierta para mí. Alza las caderas, en busca de su propia liberación, y me llena de placer saber que soy yo el que la tiene así.

De pronto, su mano se mete en mi cabello y tira de este mientras convulsiona, sus paredes apretando mis dedos.

—¡Leo, Leo!

Mi nombre saliendo de su boca en ese tono es música para mis oídos. Nunca me había hecho tan feliz que alguien me llamase hasta ahora.

Me levanto y soy testigo de la mejor vista del planeta. Jill tiene los ojos cerrados y una sonrisa somnolienta. No me aguanto y, tirando de su mano, hago que se siente, besando sus labios lentamente. Abre los ojos debido a la sorpresa y sonríe en medio del beso, envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello.

—Eso fue impresionante.

—Lo sé, mi boca también tiene otros buenos usos a parte de cantar.

Ríe, echando la cabeza hacia atrás.

—Eres muy ingenioso, ¿te lo han dicho?

Asiento.

—Sí, mi madre y mis hermanas piensan que soy muy inteligente. —Hago una expresión de inocencia—. Pero dicen que uso esa inteligencia para lo malo y no para lo bueno.

—Estoy de acuerdo con ellas, lo que pasa es que lo compensas escribiendo buenas canciones.

Me muerdo el labio inferior, sopesando si preguntarle lo que me ha venido a la punta de la lengua o dejar pasar el tema.

La curiosidad me gana.

—¿Te gustó 'Tócame'?

Una sonrisa sincera curva su hermosa boca, dándome la respuesta que necesito. Si no lo confirma, no me importará, su expresión me dice todo.

Tócame © | The Scene II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora