Capítulo 25

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Capítulo 25

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Capítulo 25

Jillian


Trato de ignorar la forma en que Josh me está mirando, pero es casi imposible. Esa cara burlona que carga me tiene de los nervios y sé que en cualquier momento dirá alguna estupidez. De hecho, lo estoy esperando.

—Tu cara tiene un brillo especial esta mañana.

—Sí —bufo—, sobre todo sin maquillaje y con ojeras.

Ríe, un sonido muy parecido a un resoplido hecho por un cerdo.

—Sabes a lo que me refiero.

—No, no lo sé.

Evito mirarlo a los ojos, me niego a darle la razón.

—Tus ojos brillan, Jill, y tienes un aspecto relajado.

—Es porque salí del estrés del show —mascullo—. ¿Y es mi cara o mis ojos los que brillan?

—Ambos —contesta—. Y me he cansado de tu estupidez. ¿Es que Leo es malo en la cama y por eso estás de mal humor?

Lo miro de reojo, una de mis cejas arqueadas.

—¿Desde cuándo mi vida sexual es tu problema?

—Desde que te gusta meterte en mi vida amorosa.

Tiene un punto. Soy una chismosa en lo que a sus relaciones amorosas se refiere, es normal que quiera hacer lo mismo conmigo.

—No fue malo —murmuro y una sonrisa se extiende en su cara—. Fue lo contrario a malo.

—Bien, entonces.

Exhalo, dejándome llevar.

—No estuvo solo "bien". Es, hasta el momento, el mejor sexo que he tenido.

Josh silva, alzando sus cejas.

—Tuvo buen fin tu sequía —ríe y lo imito. Es mejor reír que golpearlo por estúpido—. ¿Vas a salir con él de nuevo?

Hago una mueca. No quiero pensar en ello, ni en la propuesta de Leo, si al caso vamos. Quiero relajarme por un rato antes de poner mi mente en ello y tomar una decisión.

—No sé —suspiro—, sabes que no quiero una relación.

Pone los ojos en blanco y preveo una discusión sin sentido en los próximos minutos. Josh es uno de esos chicos que cree en el amor y que por allí hay una persona hecha para ti, lo que tienes es que buscarla. Ha estado bien por un tiempo con eso de que no creo lo mismo que él, pero hay veces en las se mete entre ceja y ceja que tengo que entrar en una relación cuando no lo quiero. No se pone intenso ni discutimos a cada nada por ello, pero no pierde la oportunidad de hacerme saber que no está de acuerdo con mi forma de pensar. Aunque sería hipócrita de mi parte quejarme si hago lo mismo ‒tratar de convencerlo de que no tenga relaciones amorosas‒ cuando le rompen el corazón.

Tócame © | The Scene II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora