Capítulo 27

237 24 6
                                    

Capítulo 27

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 27

Jillian


Me paso todo el camino a casa escuchando la canción en bucle, y repetición tras repetición me gusta más. No quería creer cuando me dijeron que estaba dedicada a mí, pero al oír la letra sentí que estaba relatando lo que ha sido nuestra relación desde que nos conocimos.

Mientras esperábamos a que se hiciera el lanzamiento, intenté concentrarme en lo que los chicos estaban haciendo, hice hasta lo imposible por ponerle todo mi corazón a la conversación que se estaba llevando a cabo en la sala, pero mi cuerpo y mente estaban más interesados en Leo, que estaba hablando con Karol y Hannah en la cocina. No sé si era consciente de que lo estaba mirando cada dos por tres, espero que lo haya pasado por alto. Lo cierto es que lo vi, mucho. Mis ojos no dejaban de virar hacia el lugar en que estaba, y fue algo vergonzoso de mi parte.

¡Yo no soy así!

Cuando escuché la canción por primera vez estuve a punto de desmayarme, creo que hiperventilé un poco. El haber estado pensando en qué responderle los últimos días, que esta noche se viera tan bien y que la letra de la canción estuviese dirigida a mí ‒no hay que ser un genio para confirmar que es así‒, todo me llevó a tomar una decisión afirmativa.

Le dije que sí a Leo y, aunque estoy nerviosa, también estoy emocionada. Hace mucho que intentaba ni siquiera una aventura con alguien, y saber que Leo tiene la misma forma de pensar que yo cuando se trata del amor, me hace confiar en él.

No habrá sentimientos a parte del cariño y la amistad.

El amor que se vaya a la mierda.

Cuando entro a mi calle, me quedo momentáneamente de piedra. El auto de Leo está estacionado frente a mi edificio y él está apoyado de este, mirando en su móvil. Me detengo detrás de él y eso provoca que guarde el móvil y camine hacia mí. Abre la puerta del auto y me tiende una mano, ayudándome a bajar.

—¿Qué haces aquí?

Me da una sonrisa torcida.

—Dijiste que sí.

—Ah, eso.

Pensé que no nos veríamos hoy. Cuando acepté su propuesta creí que hablaríamos, pero él se mantuvo en lo suyo el resto de la noche y luego se fue como si nada.

—No creí que sería bueno hablar con los chicos presentes, son todos unos chismosos.

Eso tiene sentido.

—¿Quieres subir?

—Por favor.

Poniendo la alarma al auto, empiezo a caminar hacia la puerta del edificio, Leo pisándome los talones. En el ascensor, me apoyo en la esquina más alejada de él, temiendo saltarle encima como me dice mi conciencia que haga. Creo que se ha pasado al lado oscuro y ahora me incentiva a hacer cosas malas.

Tócame © | The Scene II.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora