Capítulo II: El misterioso ser del Palco Nº5

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Después de darme un baño y acomodar mis pocas pertenencias en la habitación, baje a almorzar con la familia Giry.

La comida estaba deliciosa, pero fue algo incómodo comer entre tanto silencio, ya cuando habíamos terminado de comer Marie se llevó los platos y el señor Jean Baptiste me llamo.

-Voy a explicarte las reglas de la casa, Kamille. Ahora eres la niñera de mi hijo Lucas y tus funciones van a ser las siguientes: Lo cuidarás, supervisaras que coma su comida y le darás un baño. No es obligatorio que cuando te quedes con él cocines alguna cosa, Marie se encargará de eso, en un caso extremo que no halla comida en la nevera te dejaremos dinero y podrás pedir a domicilio.

Él hizo una pausa para tomar un poco de su jugo, al terminar siguió hablando -En cuánto a tu horario en la universidad, nos notificaron que estarás disponible a partir de las dos de la tarde en la semana así lo cuidaras después de clases, habrán ocasiones en donde no podremos ir a buscar a Lucas a su colegio o a sus clases de violín, así que estarías autorizada para ser quien lo traiga a casa. Los fines de semana estás libre, pero si se presenta alguna emergencia médica o si Marie y yo deseamos salir a algún lado se hablaría contigo para que te quedes con él. Puedes recibir visitas de compañeros de la universidad para algún trabajo que les asignen, sólo procura que sea en fin de semana para que nosotros estemos aquí. Tu sueldo será de 600 euros mensuales y de contado. ¿Alguna duda?- me preguntó para saber si todo había quedado claro.

Yo negué con la cabeza, era más de lo que necesitaba: -No, ninguna duda, monsieur Jean Baptiste.

Marie apareció en el comedor y junto sus manos en su pecho: -Otra cosa que no le dijiste, querido. Kamille, sabemos que vas a estudiar en una de las escuelas más prestigiosas de París así que por favor, si tienes una tarea que requiera tiempo y no puedas cuidar a mi hijo un día o dos por eso o hay algo que se te dificulte no dudes en decirnos, no queremos que cuidar a Lucas te resulte una incomodidad en tu estudio. Este tipo de convenios es para beneficio a ambas partes, a las familias y a los estudiantes.

-Está bien, Madame Marie, muchas gracias por su comprensión, lo tendré en cuenta. De igual forma yo empiezo clases en dos semanas como ya sabrán, así que estoy completamente disponible para cuidar del pequeño Lucas durante este tiempo- les dije a ambos con una sonrisa, ellos se veían conformes con mi respuesta.

-Tranquila querida, más bien te quería pedir que descanses hoy. Fue un viaje bastante largo y te ves agotada, mañana es domingo y podemos salir a dar una vuelta para que conozcas el vecindario.

Les di las gracias nuevamente y pidiendo permiso subí a mi habitación, donde me acosté en la mullida cama y me quedé dormida. Ansiosa de vivir esta nueva vida.

Semana y media después

Ya me había acostumbrado a la rutina de vivir con los Giry, Lucas era un niño muy lindo y bastante educado, así que no era difícil cuidarlo. Él me ayudaba a perfeccionar mi francés hablando todos los días conmigo de cosas simples, hablaba con Marie y siempre estaba pendiente de mi, muy pocas veces conversaba con el señor Jean Baptiste porque era muy callado y solía llegar de noche de la oficina. Me sentía mucho más preparada para defenderme en la calle gracias a ellos.

Faltaban unos días para empezar la universidad y tenía todo listo, la verdad podían decirme que iniciaba clases al día siguiente y podía hacerlo sin problema.

Me encontraba sentada en mi tocador leyendo un libro francés que me había prestado Marie junto a un diccionario por si alguna palabra se me hacía extraña. El libro era de un tal Gastón Leroux y se titulaba "Le Parfum de la dame en noir", aunque era interesante, tenía rato bostezando.

Me enamoré del Fantasma de la ÓperaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora