Capítulo XXIX: Entre la confianza y la sospecha

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Perspectiva de Erik 

Estuvimos observando la presentación en silencio, mi amada sonreía y aplaudia sin poder evitarlo. Al parecer se hallaba muy entusiasmada al ver a su amiga pelirrosa.

Veíamos a Clara, siendo interpretada por Sorelli, desapareciendo en medio de luces y listones frente al principe Erik. Esto me hizo recordar que meses atrás al culminar esa escena seguí a Kamille hasta el baño y decidí presentarme ante ella, al pensar en esto me sentí nostálgico.

En ese momento no me imaginaba que esa pequeña llorona y atrevida se adueñaria de mi ser, ayudandome a olvidar el dolor que sentí por ser rechazado por Christine.

Ahora que la observaba de perfil, de nuevo pude ver lo parecidas que eran ella y la cantante, sobretodo al usar sus rizos recogidos de aquella forma tan exacta.

Negue varias veces, ella no era Christine, no podía serlo. 

Había leido sobre el retorno a la vida y creía en ella, pero esto era algo imposible. Estaba muy seguro que si esa mujer llegará a reencarnar, no lo haría en Kamille.

Christine Daae vio lo peor de mi y sabiendo lo cruel que era, se sacrificio para salvar al Daroga traidor y al antiguo petimetre. 

Ella no buscaría coincidir conmigo otra vez.

Al pensar en esa noche, no sabía que dolía más: el recibir ese ahnelado beso por obligación o saber que ella jamás podría amarme.

Un quejido cercano llamo mi atención y me sorprendió ver llorando a mi acompañante, las lágrimas caían sin cesar por su bello rostro y roce con mis dedos su hombro desnudo, sabiendo que mi contacto sería bien recibido por ella.

-Querida, ¿Por qué lloras? Se ha vuelto una curiosa costumbre que siempre lo hagas al ver a tu amiga danzar- saque un pañuelo de mi bolsillo y se lo entregue.

Ella me sonrió agradecida, limpiando los rastros de su llanto con sumo cuidado, evitando arruinar su maquillaje.

-Ahora es diferente, mi Fantasma- guardo el pañuelo en su cartera y tomo una de mis manos, apretándola: -Antes lo hacía porque recordé que al ver este ballet me llenaba de tristeza al creer que Clara y Erik nunca estarían juntos, eso también me hacía añorar mi infancia- acaricio suavemente mi mano, haciéndome sentir un repentino calor: -Lo que me ocurre al ver esta obra, a tu lado, es que me siento inmensamente feliz- me sonríe con sus ojos hinchados y aquella expresión me desarma por completo.

No pude evitar atraerla a mi pecho, ella correspondió mi torpe abrazo y nos mantuvimos así, hasta que acabo la presentación y todos los artistas regresaban a recibir sus merecidos aplausos. Kamille se separó de mi lentamente y empezó a aplaudir orgullosa mientras observaba a su amiga morena.

Cuando ya todos se habían retirado, la escolte hasta la puerta oculta de mi palco, nos adentramos en aquel pasadizo secreto y nuestros dedos estaban entrelazados mientras caminabamos.

Me sentía tan dichoso porque ella depositará su total confianza en mi, se aferraba a mi mano sabiendo que no la dejaría caer en aquella oscuridad.

Llegamos rápidamente hasta mi hogar, ella se sentó en un sofá y yo fui a apagar el horno, ya nuestra cena estaba lista, al volver a la sala me quede observándola mientras redactaba un mensaje en su teléfono, mi amada elevó el rostro y se sonrojo al notar mi mirada amarillenta sobre ella.

-Perdona mi amor, le avisaba a Lia- me dijo guardando el teléfono en su cartera y levantándose, acercándose hasta mi con rápidez y pronto sentí sus brazos envolver mi torso, su cabeza repleta de rojizos cabellos reposaba en mi pecho y yo sólo pude corresponder aquel abrazo con suavidad.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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