El aire revoloteaba mi cabello, el otoño había llegado, mi estación favorita. Arrastraba mi maleta, el ruido de las llantitas era lo único que se sentía, las calles estaban solitarias, las hojas caían de los árboles y los colores entre rojizo y anaranjado pintaban un paisaje deslumbrante.
Había tomado la decisión más importante de mi vida y debía tomar la situación con calma, responsabilidad y determinación. Aun podía sentir el odio con que mi ex escupía su opinión de mí, nuestra relación se había vuelto demasiado toxica, me hizo depender de él de muchas maneras y llego el punto en que me sentí inútil, mi madre le daba todo su apoyo, claramente ella recibía de él dinero y regalos cada mes, así que cuando se enteró de nuestra ruptura me llamo para maldecirme y decir que jamás sería más mi madre y que ya no hacia parte de su familia; por culpa de ella mi padre se fue lejos de nosotros, porque siempre fue una mujer ambiciosa y egoísta.
Llego a la residencia donde me quedare y miro hacia arriba, tenía muchos pisos y se subdividían en distintas torres. Debian vivir muchos estudiantes allí, había decidido quedarme cerca de la Universidad, pronto comenzaría mi maestría y debía tener un lugar propio sin miedo a que alguien me corra o me grite todo el tiempo.
Me acerco al lobby y un chico está en este -Hola, vengo por el 501 de la torre 2, llame hace una hora
Él sonríe y revisa el computador -Señorita Geum Cadie
Asiento con mi cabeza y él sale de su puesto -déjeme ayudarle con la maleta
Toma mi maleta y caminamos hasta llegar a una torre con el número dos en grande, nos adentramos al lugar y en el fondo hay un ascensor en el cual subimos de inmediato. Al llegar pasamos por un corto pasillo y pone un código en la puerta
-Si desea cambiar el código nos da aviso mientras tanto ese será el suyo
-Gracias
El chico me entrega la maleta y me adentro al lugar, me quito las botas y las dejo en la entrada. Prosigo a inspeccionar el lugar, pese a que es pequeño, es bastante acogedor, anteriormente vivía en una gran casa con todas las comodidades, pero sin paz mental, sabía que aquí podía al menos tener una estabilidad emocional sin prejuicio alguno.
Saco el teléfono de mi bolsillo trasero, está lleno de mensajes y llamadas, se quiénes son los remitentes y los ignoro, busco la agenda del teléfono y marco el numero internacional, el único contacto que me interesa en el momento.
-Cadie -responde al otro lado de la línea - ¿estas bien?
-Hola papá, ahora estoy mejor
-Tu madre después de tantos años llamo para gritar absurdas teorías acerca de ti, así que prefiero escuchar la verdad de ti directamente hija
No me había permitido llorar hasta el momento, pero escuchar a mi padre que cree más en mis palabras a lo que mis supuestos allegados pensaban o decían de mí. Estallé en ese momento, y rompí en llanto mientras le contaba todo lo sucedido, siempre actúe como sumisa ante él, y aunque yo tuviese la razón y él se enojara debía ser yo la que tenía que pedir perdón, para sus amigos afuera yo era la afortunada de tener al hombre perfecto, pero dentro de la casa él era totalmente diferente, siendo un hombre con mucho poder monetario le daba derecho a tratarme como quisiera, me limitaba las amistades y las salidas, las conversaciones eran enfocadas única y exclusivamente de él, porque jamás le intereso a lo que me dedicaba. Me canse de sentirme una inútil y una novia dependiente a un hombre toxico y desestabilizado.
Nos quedamos en silencio, amaba a mi padre, él jamás me había juzgado en toda mi vida y siempre estaba presto para escucharme.
-Me alegro de que hayas tomado esa decisión y tienes mi apoyo para todo Cadie, cualquier cosa que necesites lo hare solo por ti, ese hombre va a escucharme
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Across the Balcony
Ficção AdolescenteDentro de mi corazón eres esa luz que no importa la distancia, siempre brillarás en mi