CAPITULO 25

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El amor y las emociones pueden transformarse en una experiencia trascendental y refinada. En un lenguaje poético y metafórico que capta la dualidad de sus efectos.

Los sentimientos actúan muchas veces como una brújula que, aunque nos desvíe del camino conocido, nos guía hacia un horizonte “puro” lo que por lo general nos lleva a tropezarnos y caer en los abismos de nuestra alma.

Mi teléfono suena sin parar, tanteo con la mano intentando encontrarlo en la cama, no se cuanto tiempo llevo dormida pero esta oscuro.

- ¿Sí? -contesto sin mirar el remitente.

-Te escribí hace rato ¿Dónde estás? -escucho la voz de Adhara, se escucha seria.

Abro los ojos y parpadeo -lo siento, estaba durmiendo ¿Qué paso?

La escucho suspirar -Cadie, estoy con Halley y Dafne, ¿no crees que debemos hablar?

Fue como un balde de agua fría, como cuando sientes que se te baja la presión, de un momento a otro se me dificulto respirar, un golpe repentino y helado que recorrió mi cuerpo, dejándome paralizada. Sentí cómo la sangre abandonaba mi rostro, y un escalofrío subió por mi columna, deteniéndose en mi pecho. Era como si el mundo se hubiera detenido un instante, el aire denso y difícil de inhalar, mientras mi corazón latía desbocado, haciendo eco en mis oídos. Mis manos comenzaron a temblar involuntariamente, y una sensación de vértigo me envolvió, haciendo que todo a mi alrededor se volviera borroso y distante. La realidad de la situación se hizo ineludible, como una pesada carga sobre mis hombros. Era la hora de afrontar la verdad, y no había escapatoria posible.

- ¿Estás ahí?, Dafne no ha parado de llorar, debes venir ya.

Me siento en la cama, mi corazón latiendo con fuerza. El peso de la situación se asienta sobre mis hombros mientras intento procesar lo que Adhara acaba de decir.

-Voy para allá -respondo con voz temblorosa, colgando el teléfono.

Me levanto con movimientos torpes en la oscuridad. Cada paso hacia la puerta se siente como un avance hacia lo inevitable. Salgo del apartamento y corro a mas no poder; sentía que las lágrimas podrían salir en cualquier momento. Las calles están desiertas, y la quietud de la noche solo aumenta mi ansiedad. Estábamos a mitad de Febrero, pronto llegaría la primavera así que aún se sentía un poco de frio.

Luego de correr no sé cuánto tiempo llego, toco la puerta y Adhara abre casi de inmediato. Su rostro está serio, sus ojos reflejan una mezcla de preocupación y tristeza.

-Entra -dice, haciéndose a un lado para dejarme pasar.

Dentro, Halley está sentada en el sofá abrazando a su hermana con la mirada perdida en el suelo. Dafne llora con su rostro en un cojín que está en las piernas de su hermana, y Tae Hyo está en la esquina del comedor tomando algo en una taza, me mira y sonríe forzadamente. La escena es desgarradora debo admitirlo, y siento un nudo formarse en mi garganta.

-Tienen que hablar -dice Adhara, cerrando la puerta detrás de mí. Su voz es firme pero llena de empatía.

Me acerco lentamente al sofá y me arrodillo frente a ellas. Mis manos tiemblan mientras trato de encontrar las palabras adecuadas -Lo siento tanto -comienzo, mi voz apenas es un susurro -No sé cómo explicar lo que pasó, pero estoy aquí para enfrentarlo, entiendo si esto no tiene arreglo, no tengo excusas para pedir perdón, solo quiero enfrentar las consecuencias antes de que se alargue más esto.

Dafne levanta la mirada, sus ojos que siempre están bordeados de un delicado delineado negro ahora están chorreados, hinchados y enrojecidos. - ¿Por qué Cadie? -pregunta, su voz quebrada por el dolor -Amo a Junnie más que a nada en el mundo ¿Por qué con él?

Across the BalconyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora