Mal sueño.

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Narración: Bangchan.

Caminaba a casa de Sato, estaba cansado pero aún tenía energía así que me quedaría con el, camine al metro y tomé la vía 4.

Había hecho pistas para nuevas canciones pero me faltaba que alguien las escuchará y me diera su opinión así que ir a dormir con Sato también sería productivo.

Al parar el tren salí de ahí, enfrente estaba el chico que desde hace un tiempo se volvió un nuevo hermano sosteniendo una mochila en el hombro y en la mano un pequeño llavero con una pequeña figura de anime seguramente mientras en el brazo derecho llevaba una sudadera negra.

- Al fin, me empezaba a preocupar - dijo el pelirojo que recientemente se había pintado el cabello.

- No me tarde tanto, gracias por traer algo con que cubrirme - dije pues solo tenía una playera ya que mi sudadera la olvidé en el estudio.

Tome la sudadera y me la puse mientras caminábamos a la salida, después de una cuadra llegamos a su departamento donde nos esperaba un calor acogedor.

- Siempre te pregunto porque no quieres vivir con nosotros pero dejar esto para ir a estar apretado si que es mejor- dije entre risas.

- Sabes que no es eso Hyung, solo es algo con el espacio personal - hablo mi menor.

- Bueno, quieres algo de cenar? ¿Ya cenaste cierto? - pregunté.

- Bueno, no como tal ... Antes de salir del entrenamiento e ir por ti comí un sándwich.

- Eso no es cena, mejor iré pidiendo algo para ambos - saqué mi celular y busqué restaurantes aún abiertos - Mira - dije acercando mi celular - ¿Te gustaría comida china?

- Claro, iré a bañarme y luego bajo.

Me recosté en el sofá y 10 minutos después estaban tocando la puerta, la orden había llegado y abrí, un hombre de 1.80 metros con voz gruesa me entrego la comida, cubrió su cara con lentes, el cubrebocas un tanto grande y una gorra, aquello se me hizo raro pero seguro tenía miedo a la infección de covid por lo que deje de tomar tanta atención, para cuando escuché el estruendo de la puerta abrirse gire.

Aquel hombre había entrado a la casa junto un grupo, tal vez 4 o 5 hombres más, todos tenían armas en las manos, el hombre que era el jefe se veía decaído y algo desnutrido, tenía miedo pero Sato arriba estaría seguro y eso es lo que más me importaba, o eso pensé cuando aquel hombre pregunto por el.

- ¿Y Sato? ¿Dónde está Arata Sato? - dijo escuchándose enojado o tal vez frustrado.

- El... no lo sé - dije pues Sato tardaba un poco en alistarse a dormir, tal vez podría escapar y llamar a alguien.

- ¡El debe estar aquí! No entiendo, ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? - decía en susurros apurados.

- Tranquilo, dígame en que lo ayudo pero bajen las armas por favor - trate de tranquilizarlo pero solo logré que me viera de manera fulminante, algo pasaba por su cabeza y no precisamente bueno.

Me tomo por el cuello mientras me apuntaba a la cabeza y me pidió me quedara sentado a una silla o el disparaba, me amarró a aquel lugar yo estaba aterrado cuando ví a Arata estar viendo todo desde las escaleras, el hombre me dejó ahí y empezó a hablar.

- ¡Se que estás aquí gusano asqueroso! - dijo gritando a las paredes - ¡Sal de tu escondite o este chico pagará todo! - apunto a mi cabeza - ¡5! ... ¡4! ... ¡3! ...

Sato salió de las escaleras, estaba vestido con una pijama negra de seda, era aquella que yo le había regalado su  cumpleaños pasado, en su cara no tenía miedo, ni una sola expresión pero sus manos estaban en puño, tal vez preparando un golpe o tratando de controlarse.

- El no es parte de eso - dijo viendolo a los ojos - Si quieres la información te la daré pero lo dejas a el y a mi en paz.

- Es un trato que no me conviene - dijo riendo aquel hombre - tú no mueres y eso no me agrada y como yo tengo el arma yo decido... Obtengo la información, tu mueres y el chico puede entrar al manicomio si quiere.

- Bien - dijo sonriéndome como si fuera la despedida - los datos de la empresa de mi padre están en la computadora de mi habitación, toma lo que necesites pero deja a Bangchan de lado.

- Sato... No tienes que hacerlo, no puedo... Yo... - comenzaba a llorar, mis lágrimas caían por mis mejillas y el nudo en mi garganta no me permita armar una sola frase - por favor...

Dos hombres lo tomaron por los brazos, uno se encargó de golpearlo, golpeaban su cara y abdomen de forma dolorosa, su cara estaba algo roja y un pequeño líquido rojo salía de aquella, sus manos estaban casi sin fuerza cuando lo dejaron de golpesr y se acercó a mi.

- Está bien Hyung... - me abrazo - ellos no te harán nada y yo estaré contigo en todo momento - dijo cuando detrás escuché un sonido algo fuerte, el  abrazo fuerte dejo de ser así y luego...

Sentí un líquido caliente en mis piernas, su cuerpo había perdido la fuerza de nuestro abrazo y sus ojos se habían apagado, el ruido anterior era en de una pistola... Le habían disparado en el abdomen tal vez 4 veces y el... El ya no estaría más conmigo.

...

- ¡Bangchan! ¡Bangchan! - me desperté con su voz, sintiendo dos brazos moverme de un lado a otro.

- ¡Sato! - grite para abrazarlo, mis lágrimas estaban ahí de nuevo y algunas ya secas se sentían en mi piel - ¿Estás bien? - hablé mientras me daba pequeños masajes en círculo en la espalda.

- Si, tranquilo...¿Tuviste una pesadilla Hyung?

...

Todo fue una pesadilla, ambos habíamos quedado dormidos en el estudio, aquel sentimiento de soledad solo era un sueño, aquel momento de desesperación y perdida era un simple sueño y estaba tan feliz que no quería soltarlo, recientemente la empresa de su padre tuvo falsas acusaciones y tal vez eso me tenía mal... Mi pequeño hermano estaba completo junto a mi, estaba bien y sin rastro alguno de dolor.

- Eso solo fue una pesadilla - me repetía cada que lo abrazaba de regreso a casa.

𝗜𝗱𝗼𝗹; Stray Kids.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora