.-Capítulo 64

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•[El tiempo se acaba II]•

«¿Cambiar o mejorar?»

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Que si una vez cuentan su historia, que sepan que existió un romance, qué pasó por muchas dificultades, que sepan que enamoró al terror de la humanidad, que sepan que ese amor fue tan grande, que a pesar de todo, estuvieron juntos hasta el final.

Recuerdos de ella y él, la historia de su romance que comenzó como si se tratase de una historia de terror y que terminó como un gran amor, un lazo indestructible.

Que el bosque tiene una casa con una gran historia qué tal vez nadie lea, pero que si fue verdadera.

(Tn).

Los relatos escritos por sus delicadas manos, los recuerdos retratados en letras y muchas sonrisas en medio de todas esas escrituras.

Si, recuerdos felices.

(Tn) aprovechaba el tiempo en que 17 salía de noche para escribir todo lo que podía, sabía que su tiempo se le iba y no quería dejar a 17 en la nada.

Escribió y escribió durante las noches, sentada en su cama con la ayuda de su lámpara, iluminando ese pequeño cuaderno que ahora, se iba a convertir en un libro de recuerdos.

"Amor en crisis"

El libro traía ese nombre, (Tn) decidió llamarlo así, por el hecho de que todo encajaba muy bien con ese nombre, todo su amor se vivió en medio de una crisis.

Con Lupy acostado a su lado, que por alguna razón no se quería separar de ella, escribía todos sus recuerdos con una cálida sonrisa.

Después de bastante tiempo, guardó el cuaderno dentro de un cajón, apagó la lámpara y se acomodó para descansar.

••••••••

—En serio, no tengo hambre 17— dijo ella a su esposo, que insistía con darle algo de comer.

—No tomaste desayuno, ahora no quieres almorzar, tienes que comer algo, debilucha, la luna sale y tú no has comido— respondió 17, apoyado en el marco de la puerta de la habitación, con los brazos cruzados.

Ella suspiró, su cuerpo no quería comida, simplemente quería estar tranquila.

17 se acercó a ella, sentándose en la cama y tomando la mano de su esposa.

—Debilucha, por favor...—

—Yo se que quieres cuidarme, pero no puedo comer, tengo falta de apetito y comer algo me haría mal— dijo con voz suave a su esposo, quien la miraba con lástima.

Él apartó el cabello del rostro de ella, habían más marcas, y sus mejillas casi ya ni se notaban por la pérdida de peso.

—No me mires así...— susurró ella, colocando una mano en el rostro de su esposo.

—No...no puedo evitar eso— respondió con un hilo de voz.

Ella dejó caer una lágrima, las ganas de llorar le ganaban, no aguantaba esa tortura de ver a 17 sufrir así. Estaba tan acostumbrada al hecho de verlo tan fuerte, duro, frío y sarcástico.

•Amor en crisis•(#17 del futuro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora