.-Capítulo 56

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•[Noche especial]•

«¿Cambiar o mejorar?»

••••••••

—Esa es la última 17– informó la joven, revisando el vehículo para ver si no olvidaban algo dentro de él.

El androide había tenido la fabulosa idea de llevar a (Tn) lejos del bosque, a un lugar más abierto y hermoso, la playa.

La idea surgió de aquella vez que la llevó a la playa y la vio ser tan ella: libre y feliz. Parecía una niña.

Una casa de playa.

Vista al mar, brisa fresca y relajante, ambiente tranquilo y un paisaje hermoso.

En el pasado, jamás se le habría ocurrido ir a la playa para buscar un poco de "paz", es más, ni siquiera buscaba la paz, no era algo que estaba en su vocabulario antes, ahora se puede decir que si. Desde que ella llegó a su vida.

Llegaron a la dichosa playa al anochecer, en el trayecto del viaje, (Tn) no había perdido ningún detalle, era tanta su emoción que olvidó la incomodidad de llevar el vestido de novia.

La nave aterrizó y ambos bajaron, (Tn) se quitó los tacones y cerró los ojos al sentir el contacto de su piel con la arena, ¡que placer tan dichoso!

Diecisiete se encargó de bajar las maletas, no quiso demorarse mucho así que uso su ultra velocidad para terminar con la tarea lo más rápido posible.

El pobre Lupy era lo contrario, no tuvo un viaje tan comido por lo que no quiso esperar mas. Entró a la casa de playa y se acomodó en uno de los sofás que había por ahí, estaba muy cansado.

El androide salió de la casa de playa al ya haber acabado con su tarea.

Encontró a su esposa sentada en la arena, mirando el mar y la luna, esperándolo a él, no quería disfrutar de todo eso sola.

—¿Te gusta el lugar?— preguntó 17, sentándose a lado de la joven.

—Demasiado, muchas gracias por traerme aquí— (Tn) besó la mejilla de 17, pegándose más a él.

Aún vestidos con sus trajes de la ceremonia del bosque, veían el anochecer en la playa.

¿Un sueño romántico, verdad?

—Ven 17, vamos a jugar— la joven no quiso seguir sentada, y se levantó lo más rápido que pudo, para comenzar a correr hacia el agua, quizás no podría nadar pero quería remojar sus pies, liberar la molestia de los tacones.

El androide también se sacó los zapatos y dejó sus pies al descubierto, igual que ella.

Y, como niños, comenzaron a correr en el agua.

No con tanta libertad, (Tn) no podía moverse muy bien por el vestido. El androide atrapó a (Tn) entre sus brazos y la elevó por el aire, jamás había sentido tal felicidad de estar con una persona, con lo que más apreciaba en el mundo.

Solo se necesitaban a ellos dos en ese momento, solo escuchando sus risas y sintiendo sus caricias, abrazándose y besándose, como si fuera la primera vez.

•Amor en crisis•(#17 del futuro y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora