Mi teléfono vibra en mis manos, la pantalla se ilumina, marcando una número desconocido.
—¿Diga?
—Chiara—escuchar su voz hace que contenga el aliento—Lo he logrado.
—Arthur...—logro susurra—¡Me has llamado!
—¡Claro que lo he hecho!—suelta una risita—Lo prometí y además necesito agradecerte por todo lo que has hecho por mi. En verdad Chíara, eres una chica increíble.
—Lo mismo digo Arthur, estoy feliz por ti. Es increíble escuchar que por lo menos te ayude un poco.
—Lo has hecho y mucho—escucho una voz masculina, diciéndole algo a Arthur—Tengo que colgar pero prometo llamarte después y también dale las gracias a el señor García de mi parte.
—Claro, no hay problema—sonrió—Yo se las doy, hasta luego Arthur.
—Hasta luego Chíara, ya para, estoy haciendo una llamada importante, ¡Emilio!—la llamada se corta.
Miro mi teléfono con el ceño fruncido.
¿Emilio?
Me encojo de hombros restándole importancia y me dirijo a la cocina.
Me siento en mi lugar junto a Jace el cual plática animadamente con Jonathan. Algo me dice que ellos dos se llevarán muy bien. —¿Quién era?—me pregunta Jace.
—Era Arthur...—miro a Michael—Te da las gracias y te manda saludos.
Michael asiente con la cabeza y sigue comiendo.
Carraspeo—Y cuéntame más de ti Jonathan ¿Que tal Colombia?
Jonathan me mira, el verde de sus ojos es muy bonito—Es un país hermoso, de hecho cuando vas a un lugar, siempre se te pega el acento, aún trato de quitarmelo.
Suelto una carcajada—No tienes acento colombiano.
—Claro que si mami.
Rio—¿Mami? ¿Parcero? ¿Cuál otro?
—Papasito—sonrie—Asi es como me llamaban.
Mi sonrisa sale tan escandalosa que mis mejillas se enrojecen—Perdon, perdón es que—me rio—Papasito...
—Vos te burlas—bebe un sorbo de vino—Esta exquisito.
—¿El vino?—le pregunto.
—No tu—me guiña un ojo—Estaba pensando en hacer algo elegante pero a la vez informal, para el cumpleaños de mi abuela, ¿Que opinas?
—Seria algo bueno—miro a Carmen—Pero es decisión de Carmen.
—Por mi está bien, hagan lo que quieran. Todo está perfecto a mí parecer.
Sonrió—Bueno solo sería de organizarnos.
—¿A qué hora sales de trabajar?—me pregunta.
—No es necesario, yo me encargo de recoger a Chíara del trabajo—habla Michael.
—Es necesario, tal vez algún día tu no puedas y...
—Yo siempre puedo pasar por Chíara.
—Pero si algún día surge algo importante y—
—No hay nada más importante que Chíara, así que ya cierra la boca.
Le doy una mirada a Michael para que se calme. Este solo evita mi mirada y sigue comiendo. La cocina queda en un silencio incómodo.
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De la noche a la mañana.
Teen FictionTu vida puede cambiar de la noche a la mañana, una noche puedes estar en un bar bailando con un desconocido, cuando de pronto un tiroteo los interrumpe y el desconocido te da la opción de irte con el para salvar tu vida, decides aceptar ya que tiene...