De la noche a la mañana.

CAPÍTULO 38.

Chíara.

Saco todo lo necesario para la fogata, cobijas, comida y lo mas especial bombones.

Después de lo del baño tuve que taparme las marcas con maquillaje, no se ven tanto, solo si le pones demasiada atención.

Siento como toman mi brazo, me volteo y veo a Jace, tiene el rostro serio—Necesito hablar contigo.

Asiento con la cabeza y dejo las cosas en uno de los bancos que dejó Harry afuera. El me toma de la mano, hasta llegar a una parte aislada.

—¿Que pasa?—le pregunto.

Pasa una mano por su cabello—Se que no debería decirte esto por tu estado de salud, pero otra cosa me dice que lo haga así que, aquí estoy—suspira—Eh estado recibiendo llamadas de un número desconocido.

Un escalofrío me recorre la espalda, el continúa—Y no es Claudia, estoy seguro que no es ella, es otra persona Chíara.

Lo miro confundida—¿Quién podría ser?

Se encoje de hombros—No losé, creo que voy a tener que hablar con Michael o seria mejor que tú lo hicieras.

—¿Arthur? ¿Crees que podría ser Arthur?

Niega con la cabeza—Ni siquiera me conoce Arthur.

Asiento con la cabeza—Esta bien, yo hablo con el, pero prométeme que no volverás a contestar llamadas de ese número y lo vas a bloquear.

El asiente con la cabeza y me abraza—Te quiero tanto Chíara.

—Y yo a ti Jace, y yo a ti.

(...)

Muevo mi palito, asando el bombón. Siento su brazo rodearme y deposita un beso en mi frente. Carmen saca una botella de whisky y todos la miramos sorprendidos.

Nos mira—¿Que? ¿Pensaban que no iba a celebrar mi cumpleaños tal y como es?—sonríe—Estaban muy equivocados.

Se sirve en un vaso de cristal—¿Alguien quiere?

Cuando estoy a punto de pedirle Michael me mira mal—No, no puedes tomar.

¡Cierto! No puedo tomar por el medicamento.

Sonrió apenada—Perdon, no me acordaba.

—Por eso estoy yo—suaviza su voz y deposita un beso en mi frente—Se te está quemando ese bombón.

Retiro el bombón del fuego con rapidez. —Gracias—le soplo al bombón y lo muerdo embarrandome los labios. El me mira y sonríe—¿Esta bueno?

Asiento con la cabeza—Si, ¿Quieres?

El asiente con la cabeza y en vez de morderle al bombón me besa. Sonrío sobre sus labios.—Tramposo—digo cuando nos separamos.

Me sonríe coqueto—Tu dijiste que lo probara—se encoje de hombros—Eso hize.

Niego con la cabeza sonriendo. Miro la fogata, el resplandor, la leña que arde con el fuego. ¿Así somos nosotros? Tenemos ese poder de arde con otra persona, de fundirnos en ella y de sentir como si fueran uno mismo.

La noche es hermosa, las estrellas iluminan el cielo y desde aquí se pueden ver mucho mejor, aquí no hay contaminación, ni luz de la ciudad que impida no verlas. Son hermosas, son tantas que el cielo parece estrellado. La luna llena, y de un color amarillo que siento que en cualquier momento, saldrá un lobo y aullara mirándola.

Miro a mi hermano sonreír al teléfono, me preguntó si el tendrá un interés en común, tal vez le gusten las mujeres, tal vez los hombres. No me molestaría si le gustaran los hombres ¿Cómo por que molestarme? No es mi vida.