De la noche a la mañana.

CAPITULO 36.

Chíara.

Me siento junto a Fernanda en los escalones de la entrada de la casa.

-¿Que ves?-le pregunto dirigiendo mi vista a dónde está la de ella. Ryan está partiendo leña, junto con los chicos.

-Si que sabe cortar leña-murmura mi amiga embobada por el hombre que está a unos metros de ella.

Veo como Ryan le extiende la hacha a Michael. El continúa con un trozo más grande de madera. Abro los ojos al ver qué la parte a la primera. -¡Santos cielos!

Michael le extiende la hacha a Harry el cual corta le leña de un solo golpe, se turnan. Primero Ryan, luego Michael, después Harry y Jace.

Desviamos la mirada cuando le toca partir leña a Harry y a Jace. Ya que los chicos se nos quedan viendo. -¿Crees que se den cuenta?-le pregunto mirando el césped.

-No, no creo-me responde-Estamos muy ocupadas viendo la naturaleza.

-Tienes razón...-le digo.

Espero unos segundos, hasta que Fer toca mi hombro-Chiara, mira eso...

Miro hacia el frente y los chicos se han quitado la camisa-Malditos...¿Y si volvemos a dentro?

-No, no podemos perdernos de está vista. Además son nuestros novios...

Miro a Michael-Tienes razón...-frunzo el ceño-¿Que dijiste?

Fernanda cierra los ojos-Nada.

La miro-Dijiste novios, ¡Oh por dios!-chillo-¡Ya son nov-me tapa la boca callando mi grito.

-¡Shh! Calla mujer no hagas tanto drama.

Brinco el mi lugar emocionada-¿Cómo fue? ¿Cuánto te dijo? ¿Por qué no me lo habías dicho?

Fernanda vuelve su vista a los chicos, lo hago yo también esperando su respuesta.

-Ayer por la noche, le platique algunas cosas sobre mi...-se queda en silencio-El jugo con mi mente, me dijo que no sobre pensara las cosas.

Sonrió-¿Lo quieres?

Ryan parte un pedazo de madera-A el el gustan mucho los abrazos, pero si lo quiero.

Mi sonrisa se engancha-Algun día deberíamos hacer una cita de cuatro.

-Ni lo pienses-dice y me río-Esta bien pero dame un abrazo.

-No, primero te mando por un tubo.

Suelto una carcajada y dirijo la vista otra vez a mi hombre, una gota de sudor resbala por su mandíbula cuando toma la hacha. Después esa gota cae en su pecho, baja a su abdomen, sigue bajando a su abdomen bajo y se pierde cuando llega a la "V"

Trago grueso, a la hora de partir el pedazo de madera las venas de sus brazos se marcan, al igual que la de su frente. Sonríe de medio lado cuando el pedazo de madera se rompe a la mitad.

-Se te está cayendo la baba-me molesta Fer-¿Ya lo probaste?

-¿Probar que?-me pregunto sin perderlo de vista.

-A el-la miro y me sonríe con picardía- O ¿Aún queda pendiente el encuentro de la fiesta de Arthur?

Me ruborizo-Aun queda pendiente.

Nos quedamos en silencio viendo a los chicos. Nos ponemos alerta cuando nos damos cuenta que ahora ellos son los que nos miran y hablan entre ellos.

-¿Estarán hablando de nosotros?-le pregunto.

-Creo que si, es mejor cambiar de tema y dejar de verlos.

La miro-Muy bien, ¿Ahora que hacemos.

Me mira-No losé, siento su mirada.