Only *Jinsoul & Kim Lip*

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—Hey, Kim —Jinsol dijo a Jungeun mientras la mantenía entre entre sus brazos.

—Dime, Jung. —Jungeun respondió con el mismo tono cariñoso y acercándose más a la pelinegra.

—Está lloviendo. —Jinsol dijo mientras miraba por la ventana la cual sonaba gracias al impacto de las gotas.

—No me digas. —Jungeun decía, volteando sus ojos un poco ante la gran obviedad que su novia dijo.

—Esta lloviendo así que... ¿Quieres salir?

Jungeun se alejó un poco para mirar mejor a Jinsol y ver su expresión.

—¿Quieres salir?

—Sí.

—Con esta lluvia

—Sí

—Con este frío

—Ajá

Jinsol decía sí a todo lo dicho por Jungeun y lo que le sorprendía más era que no había una pizca de burla o de querer reírse. Eso quiere decir que no había nada de mentira.

Habían miles de razones de por qué no deberían estar bajando las escaleras, no deberían estar poniéndose sus abrigos y no deberían estar abriendo la puerta con tremenda lluvia, pero todos y cada uno de ellos fueron ignorados.

Simplemente porque Jinsol quería y Jungeun no podía negarlo algo a su persona especial.

Así que ahora estaban fuera de casa, en el porche, sentadas y mirando como las gotas de agua caían y caían; y como ellas no podían vivir sin música, en el celular de Jinsol sonaba una canción lenta que las hacía sentirse más en calma.

—Fue una buena idea, ¿no? —Jinsol dijo, mirando a Jungeun quien no le respondió por estar con los ojos cerrados, moviéndose de lado a lado por la melodía.

«Que hermosa eres, Kim Jungeun» Jinsol pensaba mientras no despegaba sus ojos de su novia quien abrió sus ojos lentamente y ahora la estaba mirando con una expresión extraña.

—¿Por qué me miras así? —Preguntó.

—¿Así como? —Jinsol dijo

—Como si fuese lo más hermoso que hayas visto. —Jungeun dijo en chiste, intentando sacar siquiera una risa a Jinsol quien aún la miraba como hipnotizada.

—Pero, Jungeun. —Jinsol habló, volviendo a tomar su teléfono y escribiendo la que sería la siguiente canción la cual Jungeun pudo reconocer al instate. —Tu eres lo más hermosos que he visto, veo y quiero ver hasta el final.

Jungeun juró que se quedó sin aire al ver a Jinsol en frente de ella, con su lindo abrigo que cubría la mano que le estaba ofreciendo, su sonrisa tan cálida que contrastaba en esta noche fría pero que coincidía con su voz de la cual dejó salir un:

—¿Bailarias conmigo?

Jinsol no tuvo que preguntar dos veces.

De pasar al porche de su casa al pequeño jardín y de estar sentadas escuchando música a estar bailando lentamente, pegadas lo más humanamente posible.

Esto ninguna lo vio venir. La idea fue espontánea y felizmente apoyada.

A Jinsol no le importaba si a su teléfono le entraba un poco de agua y a Jungeun no le importaba quedar con un resfriado al día siguiente. Nada de eso importaba ahora.

Solo eran ellas dos y sus más puros sentimientos.

—Adoro esta canción. —Jungeun decía mientras tenía ambos brazos en los hombros de Jinsol y ella los tenía ej su cintura.

Jinsol la miraba con todo el amor del mundo. Sus ojos brillaban y lo hicieron más cuando escuchó a Jungeun cantar el coro de la canción mientras poco a poco juntaba su frente con la suya.

Jinsol adoraba escuchar a Jungeun cantar. Había algo en su voz que era único, que no te cansaba y que te atraía hacía más. Probablemente esa es una de las muchas características que la enamoró.

—¿Puedes cantar conmigo? —Jungeun preguntó, pasando una de sus manos por la mejilla helada de su amada. —Adoro tu voz.

Con esas simples palabras Jinsol ya quería llorar, pero no tenía que hacerlo, no cuando tenía que cantar de lo mejor. Aun si no hubiera un público, aún si ningún vecino las pudiera escuchar, era algo que Jungeun le había pedido y eso era suficiente como para hacerlo perfectamente.

Aunque, para Jungeun no importa como Jinsol cantara, ella siempre sonaría perfecta.

Ahí, bailando lentamente bajo la lluvia, mientras cantaban por encima de la música, con los ojos cerrados y disfrutando de su cercanía, Kim Jungeun y Jung Jinsol  catalogaron ese momento como uno de los mejores de sus vidas.

Y aunque al siguiente día iban a amanecer con un resfriado fatal, ese recuerdo de ellas bailando y cantando bajo la lluvia siempre les ibas a dejar con una sonrisa en los labios y les hará recordar que ha valido la pena.

LOONA DRABBLES & ONESHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora