83: Explayar

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Pov Margaret

Hace mucho que no viajo en avión, y la primera vez ni siquiera fue en uno como este donde se puede ver mucha gente abordandolo, esa vez me subí a un jet privado para ir a la mansión donde vive la madre de Peridot.

"Por favor apagar o colocar en modo avión sus teléfonos..."

Es cierto.

—Ahhh mi celular donde está!!??—Peridot se revisaba todos los bolsillos de su abrigo, pantalones y por arriba aunque ahí no tenía nada.

Me puse a ver en el suelo y ahí estaba.

—Se te había caído.—Recogí su teléfono y se lo entregué.

—Ahh gracias!!

Verla sonreir hizo que mi cuerpo se calmara de la ansiedad, pero todavía se me hace difícil asumir que me voy.

Tranquila Margaret, todo saldrá bien.

Inhalé todo el aire que pude y después lo solté, me acomodé en este asiento que de por si podría pasármela durmiendo. Sería lo mejor...

Cerré mis ojos e intenté relajarme, pocos segundos después siento el avión moverse, empezaba a agarrar impulso para despegar lo cual me hacía apretar mucho más mis párpados y mis manos que no se movían de los bordes del asiento.

De toda la tensión acumulada mis oídos también se cerraron un poco, hasta que el leve roce que después fue el toque de su cálida mano se posó por sobre la mía que no paraba de apretar dicho borde.

—Hey mujer! Te ves demasiado tensa! Me preocupas!

—Peridot! Abrí mis ojos y volví a respirar.—Lo siento... Estoy muy nerviosa.

—Entiendo... Es un viaje largo y créeme que también estoy así, pero no por eso tenemos que dejarnos morir, esto es un viaje pasajero... Valga la redundancia.—Se rascó la nuca y sacó su lengua.

Su gesto logró sacarme una risa, cosa que necesitaba para liberar toda la tensión.

—Gracias Peridot. Estoy más tranquila de que estás aquí.

—Para eso estoy! Además quiero que todo se solucione... Me da un poco de pena esa señora, parece que le ha tocado una vida complicada.

—Sobre eso... He puesto en duda lo que ella le contó a mi hermana porque es muy raro que se aparezca en este tiempo. Ya no tiene nada que hacer, nosotras estamos grandes, para que venir a buscarnos?

—Tal vez ella las necesita...

Necesitarnos?

Bajé mi rostro y arrugué ambas cejas por la molestia.

—Lo siento... Yo no permitiría eso, ni menos Lapis.

—Si lo sé. Lapis jamás la perdonaría y le encuentro toda la razón, ella me contó todo lo que vivió después de que las abandonó y la verdad es muy descarado que haya venido a verlas. Pero insisto, se ve alguien que le tocó sufrir demasiado.

Debo admitir que cuando esa señora que se hizo llamar mi madre habló contando su pasado no le presté la suficiente atención, quizás la impotencia no me dejaba estar concentrada, sentía lo mismo que Lapis, ese rechazo irrevocable por su ausencia.

Son demasiadas cosas que tengo en mi cabeza, y por mucho que haya una pantalla delante de nosotras no tengo ganas de prenderla.

—Quieres ver alguna película para matar el tiempo?—Dijo ella prendiendo su pantalla.

—No gracias, creo que intentaré dormir.

Peridot asintió y terminé cerrando mis ojos para entrar en un estado de relajación y desconexión, si puedo quedarme dormida sería mucho mejor.

Tres no son multitud? [Lapidot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora