20: Playa 1

662 78 36
                                    

Pov Peridot

Han pasado dos horas desde que tuvimos esa discusión con Margaret, ahora cada quien está en su mundo. Ella permanecía con los ojos cerrados escuchando música mientras yo contemplaba cada paisaje que se presentaba durante el viaje, y al mismo tiempo me hacía mil preguntas.

¿Cómo llegué a esto?

Yo lo busqué, acepté volver con Margaret para intentarlo ya que ella es diferente, me lo ha demostrado en estos pocos días, pero ahora la tengo completamente molesta a un lado, ni siquiera se que decirle.

Ash... No pienso quedarme todo el viaje así.

—Oye Margaret.—Moví uno de sus hombros, como no me pescaba traté de hacerlo más fuerte hasta que ella reacciona y me pone atención.

—¿Qué quieres?—Respondió aún enojada.

—¿Piensas estar todo el rato así?

—Sólo estoy escuchando música ¿Acaso no puedo?—Bufó.

—No, no es eso, es que ni siquiera me miras. Es como si volvieras a ser la indiferente desde que regresaste. Si algo te pasa necesito saberlo, ó ¿porqué me dijiste que era ingenua?

Justo recordé esa frase, en cuanto me lo dijo no dudó en besarme a la fuerza, sentí en ese momento a la Margaret de siempre, esa chica obstinada que lo desea todo a su modo.

—Olvídalo, Peridot no te preocupes, créeme que no quiero estar todo el tiempo enojada contigo, sería desperdiciar estos días en donde podemos pasarla bien ¿No crees?

¿Eh?

Me sorprende lo rápido que puede llegar a cambiar de ánimos. Me dio una sonrisa tranquila y se acercó para darme un abrazo, yo correspondí acariciando su espalda y apoyando mi cabeza sobre la suya. Fue un rato en donde pude sentirme tranquila hasta que ella comienza a incomodarse justo a donde había apoyado su cabeza en mi pecho.

—Oye...¿Usas de esos brasieres con relleno, verdad?

—¡Ahhh si! ¡Tú sabes que no tengo nada y no me gusta demostrar que no tengo. Ya sabes...—Me rasqué la nuca de la vergüenza y nervios.

—Hmm ¿Puedo tocar?

—¿¡Ha!? ¿Estás loca?—Agarré sus hombros y la saqué de mi pecho.—Estamos en el bus Margaret! Y a pesar de que estemos en los asientos finales no faltará alguien que nos vea.

—Entonces... Cuando lleguemos a la casa ¿Me dejarás tocarte?

—¿No crees que estás yendo muy rápido?—Comenté nerviosa, acercándome a la parte de la ventana para alejarme de ella.

—Lo dudo, además tú ya conoces mi cuerpo. Al menos dame el privilegio de conocerte un poco más. Tú siempre andas ocultando todo con esas ropas tan grandes, de seguro has de tener una bonita figura.—Arrugó sus labios y se sonrojó.

—Dame un poco de tiempo. Soy demasiado tímida como para andar con poca ropa, de hecho, cuando toque la hora de bañarse en la playa, no pienso usar ningún traje de baño.

—¡Bah que decepción! Pero no importa, al menos quiero que me eches bloqueador en mi cuerpo. Intentaré atraer tus ojos a mi todo el tiempo.—Entrecerró sus ojos, esa mirada de perversión que me dio fue como un detonante para que...

¡Ah! ¡Nooo! ¡No pienso caer!

...

El bus hizo un parón para descansar justo en un lugar lleno de restaurantes para los turistas. Todos bajamos para aprovechar de comer alguna cosa, ir al baño o simplemente estirar el cuerpo.

Tres no son multitud? [Lapidot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora