17: Retorno

680 80 27
                                    

Pov Lapis

¿Porqué me sentí tan tentada a tocarla?

Fue lo que me pregunté justo en el momento que le coloqué el paño frío en su abdomen, retiré mi dedo casi espantada de mi misma por haber tenido este otro impulso. Nuevamente y sin su permiso me atreví a cruzar esa linea.

Es inevitable.

Ahora sólo estaré pendiente toda esta tarde de ti, quiero que te recuperes y que vuelvas a ser la misma chica gruñona de siempre, todas esas facetas que te vuelven tan linda son las que precisamente me tienen aquí mismo fascinada. No se cuanto tiempo seré capaz de ocultar todo esto que cada día crece con más fuerza, porque ahora no quiero decírtelo, no quiero que te alteres de más.

Fue extraño que Peridot no se haya percatado de que la toque, aunque también es posible que por su fiebre no logró sentir el tacto, lo que sería perfecto.

Sus ojos permanecían cerrados, no emitía ninguna palabra al respecto, imagino que estará descansando debido a su condición. Me entristeció el saber que vives sola, que tu hermano de vez en cuanto te visite sólo para dejarte lo necesario. Quizás por eso te gustaba estar en mi departamento ¿no?

Aprovechando que ella descansaba, me levanté para prepararle algo de comer, de seguro tendrá hambre. Fui a la cocina y estaba algo desordenada, habían muchos platos sucios, la basura estaba llena y para que decir los muebles. Tampoco puedo culparle, apenas es una niña y precisamente me llama la atención, el porqué tuvo que llegar a este punto de vivir así, sin la compañía de sus padres, en una etapa tan complicada como lo es la adolescencia.

Me dediqué a ordenar la cocina y limpiar para luego hacerle una limonada, revisé la despensa, tenía spaghetti y salsa de tomate. Tardé unos 30 minutos entre limpiar y cocinar, lo hice rápido porque tenía que estar pendiente de ella por si llega a empeorar.

Ya teniendo la comida lista junto con la limonada, caminé hasta su cuarto. Ella seguía durmiendo plácidamente. Di vuelta de lugar sus paños y puse la comida con la limonada en el velador para luego hablarle.

—Peridot.—Moví un poco su hombro.—Despierta, tienes que comer algo.

Sus ojos se abrieron lentamente, al hacerlo se me quedó mirando, fue tan profundo esos pocos segundos donde mi corazón se estremeció y no pude evitar avergonzarme.

—Lapis...

—¿Que pasa? ¿Te sientes mal?— Pregunté, intentando volver del trance.

—No... Sólo quiero volver a agradecerte por estar aquí. Mi casa pasa casi todo el tiempo sola, y al estar con alguien puedo sentirme más a gusto.—Expresó todo eso con una linda sonrisa.

¿Porqué me sonríes así? ¿No ves que me estoy muriendo por...

Necesito calmarme, no puedo dejarme llevar nuevamente por estos impulsos. Si los he de tener que sea en solitario.

...

Mientras Peridot terminaba de comer y tomarse la limonada, yo seguía ahí a su lado. De repente hablábamos de temas cotidianos, aunque ella es tan reservada para sus cosas. Al menos quisiera saber el porque se fue del departamento anoche...

—Peridot...

—¿Si?

—Me gustaría preguntarte algo.

—Claro. ¿Qué sería?

—¿Porqué te fuiste tan temprano anoche del departamento?

Sus cejas se arrugaron, la expresión en su rostro me dio a entender que no quería responder esa pregunta. Sus ojos comenzaron a brillar.

Tres no son multitud? [Lapidot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora