Prólogo

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Una simple melodía con un cantico esperanzador, un rajeo suave de guitarra y un timbre dulce como los duraznos, fue el detonante para encandilar ese soberbio corazón.

Cuenta la leyenda que existió una hyliana, dotada de talento e inteligencia, experta en crear los versos más conmovedores de la última década, una melómana en todo su esplendor, sus canciones eran capaz de hacer llorar a quién la escuchase, sin importar edad o tribu, llegar hasta el fondo del alma ajena, la penetraba y perforaba, como una muerte dulce y lenta.

De vez en cuando, el rey de Hyrule pedía sus servicios para animar fiestas costeadas por él mismo, como el cumpleaños de la princesa o simples fiestas con el fin de afiliar la relación del reino con otras tribus.

Sin embargo, el exterior era su espacio predilecto, viajaba por distintos lugares, biomas, paisajes, en búsqueda de inspiración para nuevas canciones.

Poseía cuadernos llenos de letras, melodías, ideas locas, algunas listas para ser interpretadas.

Le gustaba cantar en parques, ranchos y aldeas a cambio de rupias, pero también para conocer gente nueva, músicos y cantautoras que hacían lo mismo que ella.

Existió un campeón orni, dotado de virtudes, lleno de elegancia, soberbia, orgullo, experto en el arco, su arma predilecta. En su mente rondaba una melodía, una voz suave y desgarradora, no conocía a su autor, no sabía quién era aquel ser melómano, lleno de talento, pero le era más extraño aún, que esas pegajosas melodías siguieran en su subconsciente, atormentándolo, llenándolo de curiosidad, y de alguna manera, era una distracción de su objetivo "— debo olvidarme de esto, ¿por qué no sales de mi cabeza? pequeña vocecita molesta —"

Pero estos hechos no eran una coincidencia, ambos seres, tan distintos en casi todos los ámbitos, los unía un fuerte vínculo, como si fuesen almas gemelas o conocidos de una vida pasada; la música era aquel hilo que los unía y acercaba más, solo había que esperar al momento ideal para que ambos sacaran lo mejor del otro.

Sin embargo, ni la música ni su vínculo fue más fuerte que aquella catástrofe. Un amor prohibido en contexto pre apocalíptico, una guitarra, un arco, y dos corazones latiendo al unísono, no fueron capaces de sobrellevar las adversidades de la vida.

¿o tal vez?...

Canción de olvido | Revali x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora