Lo último que recordaba era estar entrenando con lluvia, las gotas resbalaban de su cuerpo y se mezclaban con el sudor que salía de su cuerpo; era la oportunidad perfecta para poner a prueba la furia de Revali, su plan era que fuese a todo terreno, sin importar la circunstancia ni el clima, debería funcionar, ser capaz de entrar a la corriente que él mismo hacía para impulsarse lo más alto posible.
Pero cada intento era más difícil, era como si la esperanza estuviese cada paso más lejos de él, sin embargo no iba a rendirse, iba a controlar la furia de Revali costara lo que costara.
Desde su último recuerdo en el que estaba sumamente exhausto, no recordaba nada más, solo sentía voces molestas y una bastante conocida, eso empeoraba las cosas porque se trataba de la susodicha que ni siquiera deseaba nombrar, no obstante su desagrado había aminorado, la costumbre de saber de su existencia hacía menos molesta la suya propia.
De un segundo a otro, lo primero que vieron sus ojos fue un techo de madera oscura, colores anaranjados a su alrededor de los cuales asumió de inmediato que venían de una chimenea, luego de pestañear algunas veces se encontró con esos orbes miel que detestaba (no tanto como antes).
Eran ojos curiosos, vio como su pupila se expandió al verlo reaccionar, seguía sin estar consciente en su totalidad, a pesar de que una parte de su cerebro sabía lo que estaba pasando, la contraparte aún no lograba estabilizarse, veía un poco borroso, un ruido agudo invadía sus oídos de manera constante.
— despertaste... — sus oídos recabaron esa palabra de manera distorsionada, quería reaccionar, marcharse lo antes posible, pero su cuerpo pesaba más que nunca, no era capaz ni de hacer un sonido con su pico.
— hola Revali... — su cuerpo solo era capaz de pestañear, eso le hizo sentir muchos nervios y miedo, era casi como tener una parálisis de sueño.
— ¿despertó? — Meyrath estaba ordenando la cocina, se acercó hacia donde estaba Kaira, la vio sentada sobre sus propias piernas, observando fijamente al orni como si fuese una obra de arte.
— ¡sí! calienta el agua, por favor, le daré té de albahaca —
— Kaira creo que eso no le gustará — la susodicha volteó a ver a su hermana, su mirada transmitía más que sus palabras, el menor solo acató sin preguntar más, fue directamente a echar un poco de agua a una tetera metálica.
— ¿me escucha señor Revali? ¿puede hablarme? — intentó responderle, pero solo fue capaz de soltar ruidos extraños parecidos a los murmullos. De un segundo a otro la mano de Kaira estaba sobre su frente, desde su perspectiva se veía realmente bellísima — diosas ¿por qué pensé esto?.
— perdón que haga esto, pero estás realmente mal — comentó con dulzura — estuviste acá tres días exactos, hicimos lo posible para cuidarte, aún así creo que deberías seguir un poco más de tiempo, te ves debilitado.
— no... — estar debilitado era lo que menos deseaba, no podía caer, no podía estar frágil teniendo a la calamidad tan cerca, no podía dejar que una tonta fiebre lo detuviera de sus objetivos.
— no... ¿qué? — repitió Kaira — sigues con fiebre, tu frente arde... tuve que quitar tu bufanda y desenredar tus trenzas para secar tu cabello y tu plumaje... en serio lo lamento, pero creo que era lo más sensato que debía hacer.
— ¿hiciste... qué? — a pesar de que haya sido por su salud se molestó muchísimo al enterarse que esas manos hylianas pasaron por su cuerpo y osaron a quitar sus pertenencias ¿quién se creía? a penas se recuperara la haría pagar de alguna manera.
— Kaira ven, ya está lista el agua, no sé como se prepara ese té.
— ya voy — se levantó para dirigirse a la cocina, que no estaba lejos de allí, Revali podía verla de espalda desde su perspectiva. Un pequeño hyliano con los mismos ojos de Kaira se cruzó por su campo de visión, los mieles orbes lo observaron fijamente, su semblante era serio y un poco borde.
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Canción de olvido | Revali x Lectora
Fanfiction• 🖇🌾 Luego del cataclismo que acabó con todo un reino, Link, el campeón hyliano, logró sobrevivir. 100 años después de los hechos, se le encomienda la misión de finalmente derrotar a Ganon, sin antes despertar a las bestias divinas para que acuda...