El timbre resonó en el hogar de los Calle, Daniela se hallaba recostada sobre sus sábanas con su abdomen al descubierto mientras que el delicioso sueño la envolvía por completo, su madre, quien se encontraba cocinando un apetitoso pastel, se aproximó a la puerta abriendola con rapidez; su sonrisa se ensanchó al ver a una joven de cabello oscuro de pie frente a ella, por primera vez en mucho tiempo alguien- a demás de poché- venía a visitar a su hija.- Oh por dios... - susurró la mujer llevando su mano derecha a la boca -.....- guardó silencio intentando asimilar la idea de que ella estuviese frente a su puerta.
- B..Buenos días... U..Usted, usted debe ser la madre de Daniela, ¿Verdad? - preguntó Matu siendo víctima del nerviosismo - un gusto, Sra. Calle mi nombre es María José Garcés - saludó, extendiendo a su vez su mano derecha- pero me puede llamar Matu o Majo, cómo guste.
La madre de la castaña rió completamente enternecida por las adorables palabras que la joven había sido capaz de desbordar, por inercia la mujer estiró sus dos manos atrapando los hombros de la peli negra.
- Eres una ternura, ven pasa - habló la mujer tirando del cuerpo de la joven hacia el interior de su hogar.
- Tiene un hogar muy bonito, Sra. Calle - halagó la muchacha escuchando nuevamente la suave risa de la madre de su amiga.
- Soy Mafe, puedes llamarme así cariño - comentó la mujer dándole un par de palmadas al hombro de la joven - Ven, ¿Quieres ayudarme en la cocina? - preguntó mientras se dirigía hacia aquella zona de la casa - ¡De todas formas mi hija debe estar durmiendo todavía! - agregó elevando la voz para que la chica pudiese oírla.
Matu mordió su labio para luego mirar las escaleras, se quedó un par de segundos observando hacia la nada deseando ver la bonita silueta de su mayor. Cuando se percató que, efectivamente la castaña no bajaría la muchacha emprendió camino hacia la cocina. La peli negra ingreso viendo la familiaridad de la madre de Dani con la castaña, eran idénticas, Matu no pudo esconder aquella boba sonrisa que adornaba sus labios ante la idea de imaginarse a su castaña a esa edad. La madre de la morena giró su rostro al percatarse de la presencia de la menor, se quedó unos segundos en silencio notando aquel peculiar brillo en la mirada de la joven.
- ¡Majo! Me alegra saber que sigues aquí - comentó mafe mientras caminaba de un lado hacia el otro en busca de un par de ingredientes - No seas tímida, pasa - agregó al notar como la muchacha continuaba de pie en el umbral - Me alegra saber que mi pequeña tiene más amigos aparte de Poché - comenzó a hablar posando un par de platos sobre la mesa de mármol.
La peli negra ingresó en el interior de la cocina caminando directamente hacia el lavaplatos.
- Lo sé, Calle no es buena para socializar - comentó Matu mientras secaba sus húmedas manos en el papel higiénico que colgaba de la pared - Me siento agradecida por saber que soy parte de su vida.
La madre de la castaña guardo silencio sintiendo como las adorables palabras de la muchacha golpeaba su corazón, "¿Podía existir un ser más puro que aquella joven?" Se preguntó al notar las amorosas palabras de la chica.
- Mi Dani... Ella es especial en todos los aspectos, me da gusto saber que te tiene a ti además del pollito revoltoso - comentó con cariño logrando que la peli negra riera ante el apodo mencionado por la mayor - ¿Sabes pequeña? Aún que por fuera mi hija se viera intimidante... Aquello solo es una máscara, intenta ser así para que no la lastimen.
La Sra. Calle mordió su labio negando con la cabeza, no debía llorar, no al frente de la chica simpática.
- ¿Quien la lastimó Sra. Calle? - preguntó majo olvidando por completo el hecho de la informalidad - ¿U..Us.. usted lo sabe, verdad? - insistió notando como la mujer simplemente negaba echando su cabello hacia atrás.
- No, lo siento cariño, pero no lo sé, Dani jamás me quiere hablar de eso - comentó con un tono amargo en sus palabras.
De repente, el silencio que se había creado en la habitación fue interrumpido por un estruendo proveniente del segundo piso. Matu giró su rostro hacia el comedor notando rápidamente la silueta de la bella castaña.
- ¡Mierda mamá! ¡Me olvidé de Matu! ¡Me voy! - gritó una nerviosa morena mientras que, corría por la habitación en busca de sus zapatos. - Maldición... - susurró al golpearse contra la mesa de cristal - ¡¡¿Mamá has visto mis zapatos?!!
La Sra. Calle rió para luego limpiarse sus sucias manos en el delantal. Majo se quedó en silencio viendo como la madre de la castaña salía de la cocina para acercarse a su hija.
- Relajate cariño - comentó mientras le daba un par de palmas al hombro de su hija.
- ¡¿Que me relaje! ¡Olvide a Matu, Mamá! Me debe odiar - comenzó a desesperarse llevándose ambas manos a la cabeza - Maldición, ¿Por qué soy tan torpe?
- Lo heredaste de tu padre - comentó la mujer para luego reír completamente divertida de las expresiones cansadas de su hija - Venga ya, te diré algo... - susurró la mujer acercándose a la oreja de su pequeña - En la cocina está mi nuera. - Calle frunció el ceño dando un paso hacia atrás.
- ¿Poché? - preguntó logrando sorprender a su madre, quien entreabrió los labios completamente impactada de la confesión camuflada de su hija - ¿No? Ahm... Y-Yo, olvídalo... ¿si? - intentó cambiar el tema girando su rostro hacia la dirección de la cocina. Su pulso se disparó al notar la presencia de la menor.
- ¡¿Matu?! - preguntó Calle al mismo tiempo que corría hacia la dirección de la chica lanzándose contra el cuerpo de la joven - Perdón, perdón - repetía besando la frente de la menor - No quise olvidarte, lo juro - comentó tomando las mejillas de la muchacha quedando en un incomodo silencio.
- ¡lré al súper! - rompió el silencio la voz de la Sra. Calle para luego oírse la puerta cerrandose.
Dani parpadeo alejándose del cuerpo de la colombiana, la muchacha podía sentir sus mejillas sonrojadas ante la vergüenza que envolvía todo su cuerpo, en cambio Matu, se mantuvo en silencio rascándose la nuca con su dedo incide y pulgar.
- Ams.. ¿Quieres comer algo? - pregunto Calle mientras caminaba hacia la cocina.
- No, lo siento.... En realidad solo venía a decirte que no podré salir contigo hoy - mintió majo al recordar la pregunta que la morena había ejercido hacia su madre.
Ella no era Poché, se repitió una y otra vez deseando que aquellas palabras quedasen grabadas en su mente. Dani la observó confundida dando un paso hacia atrás para luego girarse.
- Oh... Ams, ¿Te llevó a tu casa? - preguntó intentando sonar amable.
La menor negó con su cabeza apretando su puño en un vano intento por mantener la calma, un extraño pensamiento recorrió su mente, de repente se sentía segura de si misma, así que lo iba a demostrar. Con pasos seguros se acercó a la castaña colocando sus dos finas manos posadas en los hombros de la mayor.
- Nos volveremos a ver - susurró Majo para luego acercar su rostro hacia el de la morena terminando por juntar sus labios contra la comisura de los labios de la mayor.
Calle quedó paraliza, su cuerpo completamente tensado por el tacto de la muchacha, la mayor tragó saliva sintiendo como su entrepierna comenzaba a doler, por instinto llevó su mano hacia su miembro tapando la visible erección que la colombiana le provocó, mientras que; Matu agachó la mirada sonriendo con provocación.
- Adios Danielita - se despidió dando media vuelta alejándose por completo de la muchacha.
La castaña se quedó ahí, con la entrepierna punzando y las manos congeladas, la casa había quedado en un completo silencio siendo su respiración el único sonido. De repente, el timbre sonó, la muchacha rápidamente corrió hacia la zona del sonido abriendo la puerta sin siquiera importarle quien era la susodicha.
- ¡Matu! mira como me dej... ¿P..poche? - pregunto Calle tragando fuertemente la saliva que había quedado atorada en su garganta.
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SOLO AMIGAS
FanfictionDaniela amaba en completo silencio a María José ya que era consiente de que esta solo la veía como una amiga más. Adaptación cache Calle gip Original de: @Meltwinter