CAPÍTULO 38

2.2K 114 14
                                    

Narrador Omnisciente

Luego de aquella incómoda situación que Daniela debió pasar por culpa de María José, la joven se había encargado de guardar las pertenencias de la muchacha sin importarle verdaderamente si la morena se molestaba por aquello, en aquellos instante a la castaña le importaba bien poco si la peli negra se enojaba con ella, prefería con verdadera sinceridad que la odiaría a que siguiera viviendo bajo el mismo techo que su padre y el señor Garzón.

Ahora, Daniela se encontraba sentada sobre su escritorio observando en silencio como María José descansaba sobre la cama aferrando sus delgados dedos sobre la almohada, la noche había caído llevándose consigo el sueño profundo de la peli negra, la castaña no podía dormir al pensar que alguno de los hombres que atormentaba su vida pudieran interrumpir su descansado arrebatandole las dos personas más importante en su vida-dejando de lado a su madre claro está-. La castaña mordió su labio inferior para luego soltar un suave suspiró, la joven se levantó de la mesa caminando sin hacer mayores ruidos hacia la salida, al salir Daniela arrastró sus pies por el pasillo sintiendo sus hombros pesados, el pensamiento de que Sebastian, había estado en un momento tan maravilloso como lo fue el saber si María José estaba o no embarazada le hacia burbujear la sangre producto de la ira, la peli negra le ha arrebatado de las manos uno de sus posible mejores momentos, y aquello, Daniela jamás se lo iba a poder perdonar.

La castaña bajó hacia el primer piso dirigiéndose hacia la cocina, cuando llegó rodeó la mesa de mármol caminando en dirección de los muebles, de aquel lugar sacó una pequeña taza oscura dejando el objeto sobre la mesa, volvió a girarse estirando su mano hacia el hervidor, Daniela necesitaba tranquilizar sus pensamientos de alguna forma, cualquier cosa le servia en aquellos instante. Luego de un par de minutos donde observó como, lentamente el vapor desprendía del hervidor, por fin el objeto había hecho aquel peculiar sonido que solía hacer cuando avisaba que el agua estaba lista para su consumo. Daniela tomó su taza al igual que el mango del objeto vertiendo el agua caliente en el interior de la taza. La joven se quedó en la misma posición al oír unos suaves pasos arrastrándose hacia su dirección, con el corazón desbocado y apunto de desbordar el agua del pequeño objeto que sostenía, Daniela dejó el hervidor y la taza sobre la mesa girando su cuerpo para ver quien era el osado que estaba por ingresar en la cocina.

- Hola cariño - saludó su madre en el instante que sus ojos se encontraron, provocando un gran alivio en la joven castaña.

Daniela suspiró apoyando sus dos brazos sobre la mesa, rápidamente se inclinó escondiendo su cabeza entremedio de ambas extremidades, sintiéndose verdaderamente aliviada de saber que la intrusa era su madre y no María José. La castaña sintió su cuerpo estremecerse en el instante que los suaves dedos de su progenitora acariciaron su nuca brindandole un suave masaje que solía ejercer cuando ella era pequeña.

- ¿Estas así por el bebé? - cuestionó Mafe con preocupación, notando rápidamente como su pequeña se reincorporaba negando con su cabeza - ¿Entonces? - preguntó confundida observando como la castaña se revolvía su cabello oscuro con la mirada apagada fija en sus facciones.

- El bebé es el menor de mis problemas, solamente... es que no puedo dejar de pensar que María José se hizo la prueba en la clínica sin mi, ¿Entiendes Madre? si yo no la busco ella no me hubiese avisado siquiera que esta esperando un hijo mio - contestó Daniela con la frustración desprendiendo de sus poros a la vez que un suave suspiro brotaba de sus labios en un vano intento por calmar aquel inminente llanto, la joven necesitaba una respuesta del por qué lo hizo, por qué confío en su ex y no en ella.

La señora Mafe apretó sus labios estirando nuevamente su mano para acariciar el cabello de la menor, la mujer la observó con una clara muestra maternal rebosando en su castaña mirada.

SOLO AMIGAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora