Narrador omnisciente
Daniela se quedó en silencio observando como la morena se levantaba del suelo, la joven jadeó en el momento que las pulsaciones comenzaron a golpear su mejilla malherida, la muchacha entreabrió sus labios estirando una de sus manos para atrapar entre sus dedos la bolsa de María José. La castaña se mantuvo en la misma posición observando como la peli negra caminaba en círculos, parecía discutir con sus propios pensamientos, debatiendo por llegar a una correcta conclusión. La chica ojos color avellanas le había contado lo que realmente sucedió, a pesar que en un principio se había negado a la idea de echar al agua al menor, no pudo evitar el desborde de sus palabras ante la dura mirada de María José. La castaña dejó de observar a la morena en el momento que el dolor en su muslo se intensificó, por instinto la joven estiró una de sus manos tomando la bolsa de hielo que, con anterioridad había utilizado, jadeó con fuerza al sentir el frío envolviendo su zona lastimada, para luego chocar sus labios entre sí en un vano intento por ahogar el grito de dolor que amenazaba con salir, sus ojos rápidamente se cristalizaron mientras que, con lentitud echaba su cabeza hacia atrás, jamás en su corta vida había sentido un tormento tan desgarrador como el que estaba padeciendo en estos instantes.
María jose giró su rostro observando por sobre su hombro las muecas de dolor que la menor estaba reflejando, su corazón se estrujó por un par de segundos al percatarse que ella realmente la estaba pasando mal. Por instinto la muchacha caminó en dirección de la cocina perdiéndose por segunda vez en aquella habitación. El suplicio de Daniela comenzaba a propagarse desde el muslo hasta los dedos de sus pies, la joven con brusquedad apretó sus puños enterrando sus dedos sobre los hielos, quiso llorar, intentó sollozar pero era tanto el grado de sufrimiento, que estaba siendo protagonista que, por más que intentase querer sacar su dolor este simplemente no abandonaba su cuerpo. La oji verde volvió a la habitación sosteniendo entre sus manos un pequeño botiquín, mientras tanto, la castaña continuaba con sus ojos cerrados, apretando sus párpados en un vano intento por olvidar el dolor de su muslo.
De repente, el sonido de las piernas de María José chocando contra el frío suelo de madera llamó por completo la atención de la castaña, quien con rapidez abrió sus párpados observando como la muchacha dejaba la pequeña caja rojiza justo a su lado. Daniela la miró con confusión, en su mente muchas dudas se creaban, pero aun así no dijo nada al respecto en el momento que observó y sintió los suaves dedos de María José acariciando el dorso de su mano. El pulso de la castaña se disparó al sentir una punzada de dolor que recorrió desde su fémur hasta las caderas, por instinto separó sus labios dejando salir el desgarrador jadeo que desprendía desde el interior de su garganta, mientras que el bonito color de sus ojos se oscurecía ante la ausencia del frío envuelto en su delicado muslo. Daniela se quedó con su cuerpo completamente congelado y los pensamientos en blanco, su mirada se mantenía posada en cada movimiento que la mayor ejercía contra su anatomía, se sentía perdida, confundida por no entender lo que la muchacha estaba haciendo con ella. Daniela abrió sus labios a la vez que tragaba saliva, se estaba preparando para hablar, para exigir una respuesta a las dudas que se formulaban sin parar en su mente, pero para su sorpresa, su espalda se irguió al sentir las manos de la oji verde adhiriéndose en el cinturón de su pantalón. La castaña gruñó ante aquel surrealista momento que María José le estaba haciendo pasar, su garganta se apretó a la vez que aquella tan conocida resequedad se mantenía en su boca. Sus párpados se expandieron observando atentamente como la joven frente a ella comenzaba a liberar el pequeño botón que mantenía adherido las esquinas de su pantalón, por instinto la castaña se acomodó sobre la fría madera apegando sus palmas a cada lado de su cuerpo.
- No te emociones, solo quiero ver tu muslo - aclaró Maria jose logrando que, aquellos morbosos pensamientos que habían sido cruelmente golpeados contra sus pensamientos, se esfumaran en un santiamén.
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SOLO AMIGAS
FanfictionDaniela amaba en completo silencio a María José ya que era consiente de que esta solo la veía como una amiga más. Adaptación cache Calle gip Original de: @Meltwinter