Era una fiesta por la tarde en la piscina de Marcus. Una fiesta.
Excelente.
El único problema es que estábamos en invierno y era una fiesta en la piscina. Tal vez debí pensar mejor en asistir, pero estaba afuera y retractarme cuando Natalie me había visto no era una opción.
Con duda entré y no había nadie. Solo estaba ella sentada en una tumbona mirando hacia el techo.
—Cuando mi hermano me dijo que era una locura, me negué a darle la razón, pero ahora debo concederle que ganó. —Me miró dándome una sonrisa triste al final.
—Los hermanos mayores en la mayoría de los casos tienen razón, aunque queramos que no la tengan. —Traté de consolarla y no quedar como una estúpida al no pensar mejor la idea de su plan.
—Una fiesta en la piscina en invierno suena raro, pero como era un lugar cerrado y el agua estaba climatizada, creo que sonaba mal desde el principio y como cereza del pastel mi hermano no me dejó invitar a nadie —gruñó las últimas palabras—, y los guardias no quisieron venir.
Hice una mueca.
—Gracias igual por asistir —trató de mejorar su expresión—, ¿quieres un poco de jugo de naranja?
—Claro. —Traté de ir lo más pegada a la pared hasta llegar a su lado—. Cuanta comida.
Ella parecía entre feliz y triste por mis palabras. En una mesa redonda había la clásica comida que podías encontrar en una fiesta más bebidas que en su mayoría parecían natural.
—Pasé toda la mañana preparando todo, exprimí toda la fruta para obtener bebidas de calidad. —Bufó—. No importa, ¿Cómo pudiste mantenerte un mes junto a mi hermano? —me entregó el jugo.
—Solo hice mi trabajo —respondí.
—Mi hermano es complicado, no le gusta recibir ayuda y más cuando es médica. Créeme los chequeos lo soporta... todavía no sé cómo los hace siendo sincera. —Soltó una pequeña risita.
—No sé cómo me soporta. —Exclamé.
—Te ves como una buena persona.
—No me conoces —dije antes de tomar un sorbo del jugo—. Esto es delicioso.
—Yo creo que eres buena persona y Marcus también lo hace.
—Supongo que eso es bueno —mi voz levemente se apagó por sus palabras, ella no lo notó.
—Bueno, gracias por ayudarlo y aguantarlo, espero que te paguen bien.
—Lo hace, por suerte.
—Es importante para él la natación y en estas últimas llamadas que tuvimos incluso ahora que lo vi de nuevo en persona, noto que esta menos estresado.
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Solo quiero estar a tu lado
Ficção AdolescenteNichole, una fisioterapeuta en busca de sanar sus propias heridas, desembarca en la encantadora Byron Bay. Su misión: cerrar cicatrices emocionales mientras ayuda a otros. Pero todo cambia cuando Marcus, un paciente rebelde, desafía sus límites. La...