—Gracias por el pastel.
Hizo un ruido de confirmación. Marcus estaba haciendo algunos ejercicios que ayudarían a mejorar su condición, mayormente cuando se sale de una lesión como la tuvo Marcus el cuerpo en esa zona pierde fuerza y masa muscular, hacer movimientos que ayuden a fortalecer esa área brindan un gran desarrollo y aún más debido a su deporte.
—Tu hermana es muy dulce. —Hoy habíamos charlado antes de empezar la sesión con Marcus. Era muy habladora y supuse que en esos veinte minutos ella me contó toda su vida o parte de ella.
—¿Qué tienes en tu pierna? —Él frenó sus movimientos.
—¿Disculpa? —Creí que nunca hablaría más de dos palabras en una sesión, si bien estaba un poco desanimada por el tema en cuestión, él ahora me habló.
—Cuando pasó todo eso del periodista, dijiste que no podías correr, ¿Por qué?
—Estoy lesionada —respondí.
—Pero eres fisioterapeuta, ¿no pudiste hacer algo más? —sus ojos azules en estos momentos eran un toque intimidatorio.
—Mis habilidades en la fisioterapia son buenas no debes preocuparte por eso. —Lo que faltaba, ahora creía que no podría atenderlo.
—No es eso, solo sentí curiosidad.
—Tuve un accidente cuando era joven en vacaciones, hice por muchos años fisioterapia y pude recuperar un gran rango en la movilidad, solo que mi pierna no funciona bien cuando hago movimientos que puedan sobrecargarla —expliqué.
Él lentamente volvió a hacer sus ejercicios, solo que notaba como estaba preocupado. Me acerqué a él y le puse una de mis manos en su hombro lesionado. Él se detuvo por completo.
—Estarás bien, tu lesión y la mía son completamente diferentes. Puedo ayudarte y créeme cuando te digo que volverás a la natación. —Traté de calmarlo.
—Solo que hay días en donde pienso que no puedo hacerlo más —suspiró.
—Lo comprendo, pero tienes buenos resultados, si sigues de esta manera podrás lentamente a entrenar. —Ante mis palabras se puso serio y volvió a trabajar.
Un momento de debilidad fue eso, estuvo seguro al mostrarme una pequeña parte de sí mismo. No lo apuré en contarme más, necesitaba que él mismo se abriera y me mostrara como le afectaba su lesión.
Todos los pacientes o un gran porcentaje se sentían de esa manera. Siempre traté de mostrarme como alguien amigable para que ellos se sintieran cómodos y mostraran como sea cuál era su situación. Al final les dolía y yo solamente estaba allí entendiendo por lo que pasaban y brindándoles mi hombro para que pudieran apoyarse.
—¡Marcus! —Natalie abrió la puerta—, ¡Maldito!
Ambos nos quedamos quietos ante aquella escena.
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Solo quiero estar a tu lado
Novela JuvenilNichole, una fisioterapeuta en busca de sanar sus propias heridas, desembarca en la encantadora Byron Bay. Su misión: cerrar cicatrices emocionales mientras ayuda a otros. Pero todo cambia cuando Marcus, un paciente rebelde, desafía sus límites. La...