A la mañana siguiente me despierto sin poder respirar correctamente, algo un poco pesado descansa en mi costado derecho, dificultando mi respiración y dejando una estela de calor un poco insoportable. Giro levemente y encuentro el brazo de Marcus ubicado sobre mi estómago y siento su respiración cerca de mi cuello, una de sus piernas se encuentra enrollada con las mías. Miró por encima de él ubicando el despertador, en números rojos grandes logro ver la hora, cinco de la mañana.
La vergüenza aparece de repente y se va de la misma manera, porque disfruto el momento. Estas emociones contradictorias están presentes todo el tiempo y más alrededor de Marcus. No puedo controlarlas y es inevitable caer en las más complicadas.
Cuando Marcus se remueve en la cama trato de no moverme, pero es inútil. Su brazo al final se aferra más a mi cuerpo. Puedo sentir aquella caricia en mi cadera y trato de distraerme con otra cosa; el despertador, el techo o los cuadros que adornan la habitación. Al final solo siento las cálidas sábanas y como se envuelven a mi cuerpo al ser atraída aún más por Marcus.
—¿Qué sucede? —Su voz suena más grave de lo habitual, resaltando un poco más su acento británico.
—Creo que me desperté por el calor —susurré.
Puedo sentir que se separa un poco de mí, pero no completamente. Gira la cabeza y mira la hora en el despertador, soltando un bufido.
—Apenas dormimos algunas horas. —Algunos mechones de cabello cayeron en su cara dándole un aire más... Sexy.
Miré atentamente cada movimiento de Marcus, parecían más hipnóticos de lo normal. Su cabello negro estaba desordenado y su mirada azul era penetrante, hizo que quisiera pellizcarme para saber si era un sueño, necesitaba asegurarme. Esta situación de comodidad no podía entenderla.
—Umm.
—¿Qué sucede? —vuelve a repetir, esta vez se encuentra ligeramente más despierto y no se separa de mí.
—No sé —pronuncio. Aquella sensación no desaparece y no logro comprenderla.
Tiemblo cuando siento aquella caricia tímida en mi cadera y él lo nota a la perfección. Se acomoda mejor, lo miro cuando hace aquellos movimientos, noto la cicatriz en su hombro y por inercia la toco, él hace lo mismo con mi cicatriz. En ese momento me atrevo a mirarlo y tratar de comprender la situación, absorbiendo esa pequeña conexión que floreció entre nosotros.
—¿Demasiado rápido?
—No —respondí con seguridad.
Mi confianza crece un poco, entretenida ante la nueva situación que se desarrolla entre nosotros. Me percato de sus movimientos, tímidos al principio y al ver que no hay una negativa por mi parte agarran seguridad.
¿Vamos a hacer esto? ¿Llegar hasta el final o solo intentarlo?
Él me da una leve sonrisa que respondo con rapidez. Me aferro a esa sensación de comodidad mientras grabo en mi memoria aquella sensación. Marcus con lentitud se acerca a mí, descendiendo y dejando un beso en mi cuello. Al sentir que no hay negativa por mi parte deja algunos besos más en ese sector. Suelto un gemido de placer ante su acción y él suspira entrecortadamente, a los pocos minutos puedo sentir como sale de su escondite y me mira con complicidad. Tal vez lo que estábamos haciendo no era parte del guión, sino todo lo contrario.
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Solo quiero estar a tu lado
Teen FictionNichole, una fisioterapeuta en busca de sanar sus propias heridas, desembarca en la encantadora Byron Bay. Su misión: cerrar cicatrices emocionales mientras ayuda a otros. Pero todo cambia cuando Marcus, un paciente rebelde, desafía sus límites. La...