Capítulo 31: ¿¡Quéeeee!?

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EVA

Salimos cuanto antes de ahí, y afortunadamente, ese hombre asqueroso no siguió insistiendo para que me quedara porque estaba claro que no lo haría. Por otro lado, López me miró extrañado.

- Lo siento por lo de antes, solo lo hice para poder distraerlo y que tomaras el CD

López: - No se preocupe, señorita. Fue una buena idea, pero hubiera preferido que no lo hiciera porque me hubiera sentido culpable si le pasaba algo malo y ese hombre se aprovechaba de usted por hacer eso

Después, todos salimos del edificio, y tuvimos mucha suerte, porque justo nos subimos al coche, y un minuto después, entraron cinco hombres vestidos como motociclistas, probablemente los rusos de ese clan lleno de delincuentes.

21:56 p.m.

Ya en casa, traté de ver la grabación del CD, pero no pude conectarlo por alguna razón. Llamé a Bordes, y él me ayudó a solucionarlo, obviamente hackeando la grabación, ya que se necesitaba una contraseña para acceder al video.

Finalmente, con las manos temblorosas y sudorosas, vi en la pantalla de mi laptop el vídeo de la grabación, lista para darle al Play, pero aún no me atrevía a verlo, porque tenía miedo de que en las imágenes se mostrara una versión diferente a la que Matías decía, en la que él salía inocente. No obstante, llené mis pulmones de aire y le di al Play.

Seguidamente, el vídeo de las cámaras de seguridad empezó a reproducirse. Duraba veinticuatro horas, pero como el incidente ocurrió por la mañana, fue fácil encontrar la parte que quería ver. En los primeros minutos del video, se veía a Matías en la puerta principal del edificio. ¡Es que no podía ser mejor! Hasta en cámara, y eso que era de no tan buena calidad, se veía guapísimo.
«¡Venga Eva, concéntrate!», me dije.

Volví a lo que estaba viendo, adelanté el video hasta que llegué a la parte donde se veía a Matías enfrente de la puerta hablando con Mar, y a continuación, sí, pasó lo que menos esperaba. Matías empujó a Mar por las escaleras, haciéndola caer desde una altura considerable de unos diez peldaños más o menos.

Esto no podía estar pasando, pero estaba sucediendo y no podía cambiarlo. Las imágenes hablaban por sí solas, y la evidencia era clara. Matías era culpable, y ya no había solución. Él había sido el asesino del hijo que esperaba Mar, hijo o hija, que no se sabía si era realmente de él o no. Además, en la puerta de mi habitación se escucharon dos golpes.

López: - ¿Señorita?

- Adelante

Le dejé pasar, pero él solo se asomó por el marco de la puerta.

López: - ¿Está bien?

- No

Empecé a llorar descontroladamente. Ese dolor no lo podía esconder ni olvidar. Matías, mi novio, había hecho algo que nunca imaginé. El corazón y el alma me dolían. Era un sufrimiento interno y me hacía mucho daño aceptar la situación.

López: - ¿Qué ha sucedido?

- Lo que menos esperábamos

Él bajó la mirada, decepcionado al igual que yo.

López: - ¿Y está segura?

- En el vídeo se ve perfectamente, si quieres verlo por ti mismo, adelante

López: - No, con lo que usted ha visto es suficiente - dijo y nos quedamos en silencio por unos minutos.
A los dos nos había afectado esa noticia porque los dos conocíamos a Matías, y saber que alguien a quien amabas o para quien trabajabas cometiera un acto de este tamaño tenía mucha importancia.

- ¿Supongo que ya no podremos hacer nada, no?

López: - Me temo que no, señorita

Reincidí en el llanto. Esto me estaba afectando, y mis ilusiones y esperanzas en pensar en la veracidad de la inocencia de Matías se habían roto por completo.

- De acuerdo

López: - ¿Hay algo que pueda hacer por usted?

- No, pero gracias

López: - Bien, buenas noches

Él cerró la puerta, y yo me tiré en la cama, dejando a un lado la laptop y volviendo a llorar.
Pensé en lo que estaba pasando, en la realidad del asunto y en qué pasaría después de eso, sabiendo lo que era cierto. Sinceramente, no sé qué pasaría, y eso me dolía, puesto que ¿haría bien en alejarme y dejar a mi novio, aun sabiendo que él era culpable de un grave delito? O, ¿era mejor quedarme con él, apoyándolo y seguir creyendo, aunque sea con un uno por ciento de esperanzas, en que él era inocente a pesar de que las imágenes ya mostraban lo que sucedió? No sé, francamente, no sabía cuál decisión era la correcta.

Tres días después

Me encontraba en mi habitación, exhausta después de un mentalmente agotador día de trabajo en la peluquería. A pesar de mi situación actual, intentaba llevar una vida "normal," pero sabía que no podía quedarme estancada en esa rutina. Decidí aceptarlo y seguir adelante, pues era lo único que me quedaba.

Me dejé caer sobre mi cama, más fría que mis pensamientos en ese momento. Junto a mí, mi laptop estaba apagada. La encendí y noté que en el escritorio estaba el documento con la fecha en la que fue grabado.

Algo dentro de mí ansiaba volver a ver la grabación, quizás para descubrir algo que había pasado desapercibido la primera vez que la vi. Sin embargo, parecía una idea absurda, pues ¿qué esperaba encontrar? ¿Acaso quería ver a Matías comportándose como un asesino? Aun así, mi curiosidad pudo más que mi razón.

Tomé la laptop de nuevo y abrí la grabación, sin adelantar ni un milisegundo. Al principio, parecía aburrida hasta que Matías entró. Subió las escaleras, demostrando su preferencia por la actividad física en vez de irse en el ascensor, y al llegar al tercer piso, empujó la puerta del departamento de Mar.

Luego, tardó alrededor de cinco minutos en salir.
Matías salió primero, seguido por Mar, a quien agarró del brazo con fuerza, como si intentara evitar que escapara.

De repente, alguien tocó mi puerta en ese momento crítico. Interrumpí el video y atendí a la persona que estaba afuera.

Clara: - Buenas noches, señorita. Quería avisarle que la cena está lista, como me pidió

- ¡Ah! Lo olvidé por completo. ¿Puedes traerla a mi habitación? Mejor no, no te preocupes, bajo yo misma

Clara: - Claro, como prefiera

Después de que Clara se fue, volví mi atención al video y noté algo extraño que no había visto antes. Mar parecía moverse de una manera sorprendentemente rápida, pero quizás fue por un posible error en la grabación. Para asegurarme, ralenticé el video, decidida a examinar cada detalle.

¿¡Quéee!? ¿Qué demonios? ¿Cómo pudo moverse así? Algo no cuadraba.
Entonces, lo que vi a continuación fue inexplicable: Matías cerró la puerta, giró repentinamente y agarró el brazo de Mar antes de que ella cayera al suelo.
Se veía perfectamente que había algo extraño, como si hubieran manipulado el vídeo. ¿Pero sería posible eso?

Sin perder tiempo, llamé a Bordes para compartir mis hallazgos.

El Secreto De Mi AbogadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora