Capítulo 59 (Final) : A veces solo hay que tener fe

855 30 4
                                    

EVA

23:25 p.m.

Intenté conciliar el sueño, pero los malestares anteriores se intensificaron, acompañados de un dolor inimaginable. Me incorporé y, al ponerme de pie, caminé por la habitación en un intento por aliviarlo.

MATÍAS

— García, ¿Eva se fue a casa?

García: — Sí, señor

— ¿Por qué no me lo dijiste?

García: — Pensé que ya lo sabía. El señor Leonardo me lo pidió

— ¿Y el padre de Eva ya se fue?

García: — Sí, se fue con ella

— ¿Y mi padre?

García: — También se fue con su esposa

— Llévame al hotel. ¿Sabes si mi señora se sentía bien?

García: — No lo sé, pero parecía que estaba un poco mal

— Vale, llévame lo más pronto posible

García: — Enseguida, señor

Me despedí rápidamente del presidente del club y, aunque uno de sus socios me pidió que me quedara, no podía hacerlo. Algo me decía que tenía que estar con Eva. Además, ella se sentía mal, y yo debía estar ahí en cualquier momento.

— Ha sido un placer esta noche. Muchas gracias

Florentino: — ¿Ya te vas?

— Sí, mi mujer está embarazada, y el parto está previsto para estos días. Prefiero estar con ella y asegurarme de que todo esté bien

Florentino: — Venga, haz lo que tengas que hacer y os deseo lo mejor

— Muchas gracias

Agradecí y salí casi corriendo de ahí. Al llegar a la suite del hotel, en la cocina me encontré con Xavier, el padre de Eva, tomando una cerveza.

— ¿Qué pasa?

Xavier: — Matías, qué gusto verte

— ¿Eva está dormida?

Xavier: — Sí, hace poco estaba con ella. ¿Quieres una lata para bajar las tensiones?

— No. ¿Y por qué estás tomando? ¿No eras de tomar cerveza?

Me senté a su lado mientras él terminaba el último trago.

Xavier: — Solo cuando estoy nervioso. A otros les da por fumarse un cigarrillo, a mí por tomar cerveza porque no fumo

— ¿Y por qué estás nervioso?

Xavier: — Por Eva. Ha comenzado con los dolores, y eso significa que el bebé nacerá hoy. No quise decírselo, no quería preocuparla, pero estoy seguro de que el bebé llegará pronto

— ¿¡Qué!? ¿Y por qué no me lo dijo?

Xavier: — No quería preocuparte porque estabas en la ceremonia. Lo que más temo es que le pase lo mismo que a su madre. Ella murió en el parto. Si eso le sucediera a Eva, no sé qué haría

— Eva es fuerte, y sé que esta vez saldrá bien

Xavier: — Eso le pido a Dios

— Hay que tener fe — dije, y en ese momento, un mensaje llegó a mi teléfono.

Eva, 23:34 p.m
Por favor, ven rápido

— Es Eva

Xavier: — Matías, prepárate

El Secreto De Mi AbogadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora