EVA
Matías y yo continuamos nuestra conversación durante varios minutos, hasta que finalmente se agotó el tiempo de visita.
— No sabes cuánto quisiera quedarme aquí
Matías: — Y yo, si pudiera, te metería conmigo en la celda solo para tenerte cerca. Me aburro mucho y en las noches no he podido dormir por pensar en que me dejarías y que estabas decepcionada de mí
— Nunca lo voy a estar — afirmé con determinación.
— Y para que puedas dormir, piensa en mí, tal vez te tranquiliceMatías: — Obviamente lo haré, tú me das vida y mucha calma
— Te amo Matías y mucho
Matías: — Yo también te amo Eva
— Saldremos de esta, te lo prometo. Haré hasta lo imposible para demostrar tu inocencia y sacarte de aquí
Matías — Está bien, solo no te metas en problemas ni en peligro
— Eso será complicado
Matías: — Prométemelo
— ¿Intentarlo cuenta? — pregunté con una sonrisa.
Matías: — No, pero me vale. Te echaré de menos. ¿Cuándo volverás?
— Dentro de unas semanas o de un mes, quizás. Cuando me permitan volver
Matías: — Entonces te estaré esperando
— Y yo estaré con ansias de venir a verte — dije, y ambos sonreímos.
Matías: — Cuídate y sal a divertirte para distraerte de todo esto
— Lo pensaré, pero no tengo tiempo para eso. Además, tus hombres me están ayudando para sacarte de aquí. Ellos también te quieren, aunque no te lo demuestren
Matías: — Pues eso no lo sabía
— Ahora lo sabes. Bueno, me voy si no me echarán a patadas
Matías: — De acuerdo, no olvides cuidar eso que quiero y que tú tienes, para cuando salga tenerlo en mis manos
— ¿El qué? — pregunté haciendo una expresión inocente, y él sonrió, pero no dijo nada, solo negó con la cabeza.
Luego, salí de la prisión, y López me recogió en la puerta.
López: — ¿Cómo le ha ido, señorita?
— Bien, ahora él sabe lo que estamos haciendo y que estamos de su lado
López: — Sabe, estaba recordando que la vez en la que fuimos a buscar la grabación, recuerdo haber visto otro CD con la misma fecha que este que tenemos. Cabe la posibilidad de que este sea una copia, es decir, que no sea el original y que ellos tengan el otro
— ¿Tú crees?
López: — No estoy seguro, pero ir y averiguarlo es peligroso
— Pero sabes qué podríamos hacer. Igualmente sería peligroso, pero ¿la mujer esa se ha mudado de departamento otra vez? Algo así me dijo Bordes
López: — Efectivamente, ha vuelto al mismo que tenía antes en ese barrio pobre
— Vale
López: — ¿Qué tiene pensado?
— En ir, entrar a la casa y ver si encontramos algo que nos ayude, algún documento o algo, no sé
López: — Podríamos intentarlo. Se lo comentaré a los compañeros, pero, ¿cree que encontremos algo?
— No perdemos nada intentándolo
Jueves, 12:44 p.m.
Estábamos estacionados en un automóvil, esperando a que Mar saliera de su piso para poder entrar a su vivienda.
López: — Según lo que sabemos, no cuenta con seguridad, y ha vuelto a trabajar en la prostitución
— Me repugna que haya salido impune sabiendo que es la responsable
López: — Mire, ahí viene
Mar salió del piso con un atuendo extravagante, mostrando su cuerpo esbelto porque ya no estaba embarazada. Se subió a su Kia blanco y se marchó.
López: — Bien, debemos entrar. Rodríguez, quédate en la puerta y vigila por si vuelve. Castillo, avísanos si ves algo inusual. Bordes, acompáñanos
Los tres salimos del auto y nos adentramos en el piso, que estaba en mal estado. López usó una herramienta improvisada para abrir la puerta de la habitación, ya que no había cámaras de seguridad en el edificio.
— Busca en cualquier lugar, en cajones o donde sea
López: — Entendido
Comenzamos a buscar en la habitación, que no era muy grande, pero tenía muchos muebles.
— ¿Encontraste algo?
López: — Nada
Castillo: — Se acerca un coche blanco. Es ella
López: — ¡Maldición! Salgamos rápido
Bordes: — Señorita, baje rápido
López: — Espera, encontré algo
Bordes: — ¡López!
Castillo: — Mar y un cliente acaban de llegar, ella lo está besando y... Bueno
Bordes: — López, tenemos que irnos
Logramos salir sin ser vistos, aunque tuvimos que caminar unas cuadras antes de que Castillo nos recogiera en el coche.
13:14 p.m.
Regresamos a salvo a casa. Sabíamos que habíamos arriesgado mucho al entrar en la casa ajena, pero era necesario y valió la pena.
Leonardo: — ¿Dónde estuvieron?
— Fuimos a dar una vuelta
López: — Sí, señor. Llevé a la señorita Eva al centro comercial — dijo, inventando una excusa.
Leonardo: — Entiendo. Sabrina quiere ir de compras para la boda, y me preguntaba si López podría acompañarnos, ya que decidí no traer a mis hombres de seguridad
López: — Claro, estaré encantado de acompañarlos
Sabrina: — Hola, Eva, ¿cómo has estado? No te he visto esta mañana
— Estuve ocupada
Leonardo: — ¿Podemos irnos? Se nos hará tarde
Sabrina: — De acuerdo. Fue un placer verte, Eva
— Igualmente
Salieron por la puerta, y antes de marcharse, López se dio cuenta de algo.
López: — Casi lo olvido, señorita. Esto es lo que encontré
Me entregó varias páginas sujetas con un clip.
— ¿Sabes lo que es?
López: — Solo vi la primera página, y no estoy seguro si todas pertenecen al mismo documento, pero si es así, lamento decir que podría ser problemático
Me miró con preocupación y se marchó de inmediato.
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El Secreto De Mi Abogado
RomanceEva es una de las principales en nuestra historia. Trabaja en una peluquería y está casada con Pablo Giménez, quien le hace la vida imposible. Pero luego aparece Matías, un abogado que se encarga de su divorcio y termina metiéndose en su vida de una...