EVA
Martes, 13:56 p.m.
Paula: — Nos divertimos mucho y Alaska es realmente hermosa
Evelin: — ¿Pero hace mucho frío, verdad?
Paula: — Sí, pero como a Julián y a mí nos encanta el frío, la experiencia no fue tan mala
Sonia: — ¡Qué genial! Yo también quisiera irme de viaje
Evelin: — Yo también, pero en verano, no me gusta salir en invierno
Paula: — Claro, tú prefieres el calor
Evelin: — Pues sí. ¿Qué les parece si planificamos un viaje para el verano?
Sonia: — Sería genial, además, solo nosotras cuatro
Paula: — Cierto, podríamos ir, pero no sé con quién dejar a los niños
— Dímelo a mí, que ni ha nacido aún
Sonia: — ¡Ay amigas! Es verdad, podríamos quedar en alguna casa y hacer algo, así no tienen que dejar solos a los peques
Evelin: — Una desventaja de tener críos
Paula: — Sí, pero es bonito
Sonia: — No creo que sea tan agotador, ¿o sí?
Paula: — Ja, ja, ¿que no es complicado? Ya verán cuando tengan hijos./
Evelin: — Yo no sé, no creo que tenga
Sonia: — Yo es que no quisiera
Paula: — Lo mismo decía yo y mírame, con dos retoños.
Con la edad, tal vez cambien de opinión— Yo creo que con la edad vas teniendo más ganas, tal vez no con todas las personas pasa lo mismo, pero con la mayoría.
Antes yo no quería, pero a los veinte y tantos me planteé la idea y ahora me siento feliz por cumplirloSonia: — ¿Crees que cuando cumpla veintinueve querré tener hijos?
— No sé, pero tal vez veas la maternidad de otra forma
Evelin: — ¡Buah! Lo que a mí me da más miedo es el parto
Sonia: — Es doloroso, imagino
Paula: — No tanto, al menos a mí no me dolió mucho, pero hay que ver a Eva
— Deseadme suerte
Sonia: — No te preocupes, estaremos contigo.
Evelin: — ¿Aún sigues yendo a las clases de preparación?
— Sí, hoy tengo que ir por la tarde. ¿Qué hora es?
Paula: — Las dos y cuarto
— ¡Mierda! Y la clase empieza a las tres
Sonia: — ¿A cuánto está de aquí?
— Como a media hora
Sonia: — Te llevo yo si quieres
— Vale
Paula: — Chicas, nos vemos otro día
Sonia: — Chao
Evelin: — Adiós, chicas, Eva, cuida del bebé
— Siempre lo hago — dije, sonreí y di un abrazo de despedida a Paula y a ella.
Más adelante, fui a la clase de preparación para el parto, donde se realizaban simulaciones y ejercicios para relajar el cuerpo, además de enseñar los cuidados del bebé. A estas clases, Matías siempre me acompañaba, pero esta vez no pudo debido a asuntos importantes en la empresa. Así que fui sola y se me hizo un poco aburrido, ya que normalmente nos distraíamos juntos, porque la parte teórica de la clase resultaba monótona, la profesora repetía incesantemente lo mismo.
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El Secreto De Mi Abogado
RomansaEva es una de las principales en nuestra historia. Trabaja en una peluquería y está casada con Pablo Giménez, quien le hace la vida imposible. Pero luego aparece Matías, un abogado que se encarga de su divorcio y termina metiéndose en su vida de una...