Capítulo 40: Algo diferente

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EVA

Estando en cuatro, no sé para qué, Matías puso su mano sobre mi nalga.

Matías: - Te estás convirtiendo en una chica mala - dijo y me dio una nalgada que no veía venir.

- Y solo eso era el castig...

No lo terminé de decir porque me dio otra nalgada, esta vez más fuerte que la anterior, que me hizo salir hacia delante.
Me dio otras, como cuatro más y sus azotes me dolían, a pesar de eso, ese dolor me causaba placer.
Era una sensación rara y esa combinación de sufrir para sentir placer era extraña, pero me llamaba la atención y ya me estaba acostumbrando.

- Arde - dije y él me dio una nalgada final y me ayudó a sentarme en su regazo.

Matías: - Cuando te portes mal te haré esto o algo más - dijo mientras me acariciaba en el lugar donde me dio los azotes.

- ¿Qué más podrías hacer?

Matías: - Desde tenerte unos días sin tener sexo y que me veas hacerlo con alguien más para castigarte y que te mueras de ganas, hasta atarte desnuda mientras las pinzas para los genitales hacen su trabajo y te obligo a decirme las cosas que te pida

- ¿¡Pinzas para qué!? - pregunté anonada.

Matías: - No los usaré contigo, te lo prometo, solo estaba bromeando.
Esa es una práctica bastante dura y no quisiera hacértela

- Suena bastante rudo

Matías: - Lo es, pero ahora...

Me separó de piernas con las suyas. Quedando un poco abierta y sentándome en sus rodillas.

- ¿Qué harás? - pregunté y él me besó en el cuello.

Matías: - Lo que me estoy aguantando desde hace rato - respondió y me volvió a mirar.
Paso su dedo índice por en medio de mis pechos recorriendo mi abdomen y subió otra vez su mano y puso su dedo pulgar en mi boca para que lo chupara, después bajó otra vez y como en la parte de abajo tenía un hueco, me acarició con facilidad.
Tocó con el dedo mojado mi clítoris, volvió a besarme en el cuello, mordiendo y chupando mi óvulo y eso me hizo volar.
Joder, se sentía muy bien.
Prosiguió a tocar mis labios vaginales, paseándose por todos lados y metió un dedo.

Matías: - Me encanta que estés mojada - dijo y metió dos de sus dedos.
Me volvió a besar en la boca, nos levantamos del sofá y no supe dónde me llevó hasta que me di cuenta de que era el patio de juegos.
Me acostó sobre la cama y siguió basándome.
Suspiré para tomar aire porque de lo excitada que me estaba poniendo ya casi no podía ni hablar.

- Amor

Matías: - ¿Qué sucede?

- Quiero hacerme cargo de todo.
Es tu cumple y quisiera hacer todo para ti

Matías: - Primero déjame a mí darte las gracias, recuerda, las damas primero

- Está bien

Matías: - Será duro, ¿estás de acuerdo? - preguntó y se puso de pie enfrente mío.

- El cumpleañero decide - respondí y los dos sonreímos.

MATÍAS

Me acerqué a un armario y saqué una botella de vino, serví dos copas y una se la di a ella.

Eva: - Por ti y por lo que está a punto de pasar

- ¡Salud!

Me volví a alejar y de uno de los cajones saqué un antifaz, se lo puse y cubrí sus ojos.

El Secreto De Mi AbogadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora