EVA
Me levanté, tratando de mantener mi equilibrio y caminar con gracia, aunque mis piernas temblaban por el placer que las había debilitado.
Seguí mi camino hacia el baño, lanzando una mirada a Matías que él comprendió de inmediato.Al llegar a la mansión, noté que en el piso de abajo había dos baños, así que entré en uno y dejé la puerta abierta, esperando a Matías. Minutos después, él apareció, cerró la puerta y lo atraje hacia mí, jalándolo de la chaqueta.
Matías: — Qué suced...
Le silencié con un beso al que no se resistió, y en respuesta, me presionó contra la pared, sin dejar de besarme. Después de compartir ese momento, solté un agudo jadeo y apoyé la cabeza en el pecho de Matías.
— No sabes cuánto deseaba hacer eesto
— mencioné, y él rio.
Luego, subió mi pierna, sosteniéndola a la altura de su cadera, pero en lugar de besarme, rozó su rostro por mi cuello, enviándome escalofríos.
— Házmelo — supliqué, pero él no actuó.Matías: — No es que no quiera
— Entonces, ¿por qué?
Matías: — Esto es solo una prueba
— respondió, acercando sus labios a los míos y aumentando la intensidad del juguete, lo que me hizo gemir en voz alta.
— Sé que tienes ganas, pero no haré nada hasta que tengas hambre— Pero ya la tengo
Matías: — Creo que puedes aguantar un poco más — dijo, entrecerrando los ojos, y el juguete vibró aún más.
Matías besó mi cuello mientras se frotaba contra mí, haciendo que sintiera su miembro sobre mi abdomen, el que se sentía firme.
Matías: — Si quieres esto, tendrás que esperar un poco más, ¿de acuerdo?
— Amor
Matías: — ¡Shh!
Me besó nuevamente y otra vez rozó su miembro en mi abdomen.
— ¿Hasta cuándo?
Matías: — A las diez, cuando podamos irnos. Son las nueve y media ahora
— ¡Maldición, tanto tiempo! — exclamé, y él sonrió de nuevo.
Matías: — Así es como me gustas, deseando que te la meta
— ¿Por qué no hacerlo ahora?
Él sonrió y bajó mi pierna al suelo.
Matías: — Tranquila, te compensaré más tarde
— Espera, ¿y si me corro?
Matías: — Tendrás que aguantar. ¿No eres a quien le gustan los desafíos?
— se burló.— Te amo — dije mientras él me besaba y salía del baño.
Luego, regresamos al patio donde otro hombre se acercó y nos llevó a una mesa.
Matías: — Ella es Eva, mi novia
Valentino: — Un placer
Me dio la mano, y yo respondí al saludo.
— Lo mismo digo
Valentino: — ¡Ah, Griselda! Este es Matías, del que te he hablado
Una mujer joven de unos veinticinco años se acercó a nosotros, con el cabello corto y negro. Llevaba un vestido más ajustado que el mío, y la forma en que miró a Matías me hizo sentir un poco celosa.
Griselda: — Así que tú eres el aclamado abogado — dijo, estrechando la mano de Matías y sonriendo mientras lo miraba detenidamente.
Matías: — Un gusto
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El Secreto De Mi Abogado
RomansaEva es una de las principales en nuestra historia. Trabaja en una peluquería y está casada con Pablo Giménez, quien le hace la vida imposible. Pero luego aparece Matías, un abogado que se encarga de su divorcio y termina metiéndose en su vida de una...