Abomination ⤖ Kol Mikaelson -ˋˏ [Español] ˎˊ

𝐗𝐈𝐈

*̥˚ chapter twelve: give me *̥˚✧
-ˋˏ ''i'll be everything that you like, gimme, gimme, everything just for tonight, this is everything we're gonna be''] ˎˊ

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

KEZIAH ROSE ESTABA DE BUEN HUMOR. Anoche, Kol y ella habían hablado durante mucho tiempo. Cómo vivió en Nueva Orleans cuando era una niña y se mudó a Mystic Falls una vez que su aquelarre la echó. Cómo sus padres nunca estaban cerca, ya que la despreciaban. Kol había hablado de todos sus lugares favoritos cuando viajaba a través de los siglos. Keziah también le había puesto al día sobre la tecnología de hoy, le fascinaba que un teléfono pudiera hacer fotos.

Tenía ganas de volver a bailar. Se dirigió a la habitación vacía, que trataba como su espacio de baile. Era lo suficientemente grande como para correr y hacer lo que quisiera. Podía hacer cualquier cosa. Conectó su teléfono al altavoz, pulsó el play de una canción y sintió la música. Ésta guiaba sus acciones.

Keziah no tardó en sumirse en su imaginación, conocía la canción, cada ritmo, cada letra, de modo que la coreografía que estaba improvisando fluía perfectamente. Se dio cuenta de que Kol entraba en la habitación y se quedaba mirando a un lado, pero continuó. Ella tenía un punto final en mente, y parecía que él estaba disfrutando observando.

Terminó el baile y Kol se apresuró a ayudarla a levantarse del suelo donde había terminado. Las chispas se encendieron en el lugar donde sus manos se encontraron. Nunca superaría esa sensación.

―¿Así que en eso se ha convertido el baile ahora? ―preguntó Kol, con una ceja levantada. No le soltó la mano.

―Eso y mucho más. ―Keziah se rió, conocedora de todos los estilos de baile. Se quedaría sorprendido. Se sonrieron durante un rato, disfrutando de la compañía del otro.

―Vamos a dar un baile esta noche. ¿Me acompañarás? ―Kol parecía realmente preocupado de que ella dijera que no.

―Me encantaría. ―Ella no podía estar más contenta. ¿Considerarían esto como su primera cita?

―¿Necesitas un vestido? Puedo ir y obligar a uno para usted. ―Él le entregó la invitación de su bolsillo. Eso la haría entrar.

―Tengo uno. ―Había un vestido de gala en su armario por esta misma razón. Sus padres siempre se aseguraban de que tuviera uno, por si algún día tenía que aparecer en uno de los suyos. Aunque eso nunca ocurría.

―Te veré esta noche, cariño. ―Le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación. Sin saberlo, Keziah se puso roja. Una mirada vertiginosa en su rostro, mientras tocaba la mejilla que él besó. Todavía podía sentirlo.