Abomination ⤖ Kol Mikaelson -ˋˏ [Español] ˎˊ

𝐈

✧*̥˚ chapter one: lonely *̥˚✧

-ˋˏ [i know you like to be alone, but hate being lonely] ˎˊ

┏━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┓

KEZIAH ROSE MIRO EL MYSTIC GRILL con un brillo esperanzador en los ojos. Había estado recorriendo la ciudad en busca de sus amigos en todos sus lugares favoritos para pasar el rato, cruzando los dedos para encontrarlos en algún lugar. Poco a poco fue perdiendo la esperanza a medida que avanzaba el día.

Después de todo, era su cumpleaños. Tenía que ser un día lleno de risas y alegría, rodeada de sus amigos. Sin embargo, ninguno de ellos parecía llegar a su casa para la fiesta en la piscina que iban a celebrar. Cumplía dieciocho años, un gran hito. Había que celebrarlo. Al fin y al cabo, llevaban toda la semana hablando de ello.

Dirigiéndose al interior, Keziah miró a su alrededor antes de notar una cara familiar. Damon Salvatore. El hermano del novio de Elena y compañero de copas de su profesor de historia, el señor Saltzman. Ella desconfiaba de Damon; nunca le gustó que se involucrara con su grupo de amigos. Era raro y daba malas vibraciones.

Respirando profundamente para calmar sus nervios, se dirigió a los dos, que estaban hablando con otra persona que Keziah no había visto nunca. ―Damon, hola.―

Su cabeza se giró y una pequeña sonrisa adornó su rostro mientras la miraba fijamente. Jugueteaba con su bebida y lanzaba repetidas miradas detrás de él. Estaba nervioso. Ella notó las señales inmediatamente. ―¡Keziah! ¿Qué haces aquí?―

―Estoy buscando a todo el mundo, se suponía que debían estar alrededor de mí, hace cuatro horas. Tenemos una fiesta en la piscina por mi cumpleaños. ―Keziah respondió.

―¿Y ella quien es? ―Un acento británico habló, con curiosidad en su tono.

Keziah trató de echar un vistazo al desconocido pero Damon le impedía toda oportunidad. ―No es asunto tuyo. ―Le espetó al británico.

Durante una milésima de segundo, Keziah clavó los ojos en el desconocido y su rostro se llenó de asombro y desconcierto. ¿La conoce?

Keziah se estremeció cuando Damon la agarró con fuerza por los hombros y la miró fijamente a los ojos.

Joder. Ya está. Hora de la compulsión. Pensó para sí misma.

―Keziah. Vete a casa, deja de buscar a tus amigos. Están ocupados de otra manera y celebrarán tu cumpleaños contigo el fin de semana.―

Keziah le devolvió la mirada entumecida, odiándola. ―Dejaré de buscar a mis amigos y me iré a casa. ―Repitió y salió de la parrilla. En cuanto estuvo fuera, la mirada perdida desapareció y la ira se apoderó de ella.

Decepción.

Enfado.

Odio.

Tristeza.

Esas eran algunas de las emociones que sentía. Sobre todo hacia ella misma. Dejó que la pisotearan de nuevo. ¿Cuándo aprendería a defenderse y a no dejarlos? No era la verbena lo que les impedía obligarla, estaba en su naturaleza. Era una bruja.

Una abominación para su familia.

―Feliz cumpleaños para mí. ―Murmuró para sí misma.

༶•┈┈⛧┈♛

Habían pasado dos días.

Keziah estaba tumbada en su cama, con la cabeza colgando del borde boca abajo mientras miraba su teléfono. Todavía no había ni una sola palabra de nadie. Bueno, debería estar acostumbrada. Hacía el esfuerzo de pasar el rato con ellos, pero nunca iba en ambas direcciones. Siempre estaba al margen. Invisible para todos los que la rodeaban. Elena la había llamado una vez camaleón, increíble para mezclarse con la multitud. Olvidada e imperceptible.

No es que ella quisiera serlo. Quería ser vista. Quería ser escuchada, pero siempre se contenía.

Keziah no podía llamarlos; no podía enviar mensajes de texto, de lo contrario Damon sabría que ella no estaba obligada. Él la asesinaría. Una muerte trágica asesinada por un vampiro. Ella podía verlo ahora. Aunque, no es que a nadie le importara. Todos parecían olvidarse de ella.

Era como si ella fuera una muñeca que podían arrojar cuando quisieran. Hacer lo que quisieran. La mordió un vampiro. Aleja el recuerdo de ella, no necesita estar involucrada. Todo el grupo de amigos estaba al tanto de los secretos de Mystic Falls, pero aparentemente, Keziah no merecía conocerlos.

Keziah se sobresaltó cuando Stefan Salvatore apareció de repente frente a ella. Su corazón se aceleró al ver aparecer al vampiro. Tuvo que interpretar el personaje, la fachada de una inocente que no sabe nada. ―Stefan, ¿cómo has hecho eso?―

―Lo siento mucho, Keziah. ―Stefan se disculpó. Lo último que vio Keziah fue su mano girando hacia su cabeza, enviándola a la oscuridad.

Dolor.

Eso era todo lo que Keziah podía sentir. Justo en la cabeza. Un terrible dolor. Cuando recuperó el oído, lo único que pudo oír fueron gruñidos y sorbos, como si alguien estuviera al borde de la deshidratación. Abrió los ojos y se encontró tumbada en un sofá. Al tocarse la cabeza, sintió una mancha de sangre seca en la línea del cabello.

Brillante, absolutamente brillante.

Miró a su alrededor, los ojos se abrieron de par en par al ver que Stefan era la fuente de los repugnantes sonidos. Estaba bebiendo bolsas de sangre como si su vida dependiera de ello.

―Ah, la bella durmiente ha despertado. Encantador. ―Su cabeza se volvió hacia el mismo acento británico del Mystic Grill. El que hablaba con Damon y el señor Saltzman

―¿Qué está pasando? ¿Quién es usted? ―Preguntó, poniéndose en posición sentada, con las rodillas en el pecho.

El hombre se inclinó frente a ella, abrazándola y mirándola fijamente a los ojos. Aquí vamos. ―No tengas miedo, amor.―

Keziah se relajó, sabiendo que tenía que hacerlo. No podía hacer nada para evitarlo a menos que quisiera la muerte.

―Soy Niklaus Mikaelson, Klaus si quieres. No te haré daño. ―Giró la cabeza y observó cómo Stefan bajaba otra pinta de sangre antes de lanzarle otra. Sus ojos se volvieron hacia Keziah. ―He dibujado, pintado, esculpido tu cara mil veces. Todo a petición de mi hermano. Todos pensábamos que estaba loco, imaginando una cara bonita como la tuya. Pero aquí estamos. Aquí estás.―

Estudió su rostro mientras ella fruncía el ceño, confundida por lo que estaba diciendo. ―Estarás a salvo conmigo. Ya no te obligarán las personas que dicen protegerte. Serás libre de hacer lo que quieras.―

┗━°⌜ 赤い糸 ⌟°━┛