Abomination ⤖ Kol Mikaelson -ˋˏ [Español] ˎˊ

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*̥˚ chapter fifty: black and white*̥˚✧

˗ˏˋ yeah, i see us in black and white. crystal clear on a star lit night. in all your gorgeous colours. i promise that I'll love you for the rest of my life. see you standing in your dress. swear in front of all our friends. there I'll never be another. i promise that I'll love you for the rest of my life'ˎ˗

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HOY ERA EL GRAN DÍA. ESTE ERA EL DÍA QUE KEZIAH ROSE HABÍA ESTADO ESPERANDO. Hoy sería el comienzo del para siempre para ella. Puede que técnicamente haya comenzado hace años, cuando se convirtió en una hereje. Pero hoy era el comienzo. Hoy era el comienzo de su vida con Kol, su vida como Keziah Mikaelson.

Se iba a casar.

Nunca pensó eso, que esto iba a estar en su futuro.

Pero ahora que tenía a Kol, no podía pensar en nada más que quisiera.

Sin embargo, eso no significaba que no estuviera asustada. Este era su momento, y su mente estaba dando vueltas a un montón de razones por las que iba a salir mal.

Se tropezaría con el pasillo, Kol no estaría allí esperándola, ninguno de sus seres queridos aparecería. Había un sinfín de posibilidades.

Un golpe en la puerta la sacó de sus pensamientos.

Se giró en una silla y vio a Klaus asomando la cabeza por la puerta, con una mano sobre los ojos.

―¿Estás decente, Rosie?―

Ella se rió. ―Sí, entra aquí.―

Retiró la mano y sonrió al ver a Keziah muy arreglada. Llevaba el cabello recogido, cayendo en rizos sueltos. Las flores estaban recogidas en la parte de atrás manteniéndolo unido. Lo único que faltaba era su vestido de novia para reemplazar la bata.

―Estás preciosa. ―Le dio un rápido beso en la mejilla. ―¿Querías verme?―

―Sí, quería preguntarte algo. ―Mientras Keziah miraba a Nik, su mejor amigo, no podía imaginarse pidiéndole a otra persona que lo hiciera por ella. ―¿Me acompañarías al altar?―

Nik sonrió. ―Me encantaría. ―La abrazó, con cuidado de no estropear su cabello. ―Parece quefue ayer cuando te dije que estarías a salvo conmigo y que serías libre de hacer lo que quisieras.―

―Ah, los buenos tiempos, donde me obligaban a estar a la luz del sol, sin mi anillo. ―Katherine expresó, dirigiéndose a la habitación mientras Davina, Rebekah y Hayley la seguían.

―Estuve tan cerca, ―Nik pellizcó sus dedos, ―De olvidar que estabas viva de nuevo.―

―Menos mal que estamos en tregua, ¿no? ―Katherine sonrió secamente. Estaba disfrutando demasiado de estar viva de nuevo.