Abomination ⤖ Kol Mikaelson -ˋˏ [Español] ˎˊ

𝐗𝐗𝐗𝐈

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*̥˚ chapter thirty one: falling *̥˚✧
-ˋˏ 'i'm in my bed, and you're not here'ˎˊ

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KEZIAH ROSE ESTABA ROTA. Habían pasado semanas desde la muerte de Kol y todavía estaba rota. Perderlo de nuevo no la ayudaba en absoluto. Había pasado las semanas metida bajo las sábanas, llorando a mares. Todo lo que su mente podía hacer era concentrarse en él.

Estaba demasiado emocionada para ayudar a Rebekah y a Davina a idear formas de resucitarlo. Cada vez que lo intentaba, se quebraba y lloraba a mares. Se prometió a sí misma que esta vez no huiría. Dejaría que los hermanos de Kol la apoyaran.

El único consuelo que encontraba era llevar su ropa, sus jerseys, sus bóxers, sus camisas. Todos olían a él y era justo lo que necesitaba.

Se sentó en el suelo de su habitación, con las rodillas en alto y apoyada en la pared. Marcó el número de su teléfono y lo acercó a su oído esperando que llegara ese momento.

―Ha llamado a Kol Mikaelson. Si no es Keziah, entonces vete a la mierda.―

―Hola, Kol. Estoy realmente luchando sin ti en este momento. Nada tiene sentido. Siento no poder hacer lo que quieres que haga. No sé qué hacer. Todo se está desmoronando, y te echo mucho de menos.―

Contuvo el sollozo cuando el mensaje se cortó. Keziah había dejado mensajes de voz cada vez que necesitaba volver a escuchar su voz. Todavía tenía su número de su forma de Vampiro Original, y era reconfortante volver a escuchar esa voz.

No sabía cuánto tiempo podría aguantar sin Kol. Él era su alma gemela, su todo. No se sentía completa sin él.

Levantó la vista al oír el sonido de un bebé que entraba en su habitación. Hope Mikaelson había abierto la puerta de un empujón y gateaba hacia la bruja. Era una distracción bienvenida que Keziah adoraba.

Levantó a la pequeña y la sentó en su regazo. Hope se aferró inmediatamente al pelo rubio de Keziah, jugueteando con él.

Una pequeña sonrisa adornó el rostro de Keziah al ver a Hope feliz.

―Rosie, ¿has visto? Te ha encontrado. ―Klaus entró en la habitación, buscando apresuradamente a su hija, pero se tranquilizó al saber que estaba con Keziah.

Siempre que podía, le llevaba a Hope a Keziah sabiendo que al menos su hija distraería a Keziah el tiempo suficiente para que se animara por un rato.

Estaba preocupado por su mejor amiga. Ella no había salido de su habitación. La mayoría de las veces, tenían que dejarle la comida para asegurarse de que comía, o le llevaban comida para llevar. Él sabía que ella estaba de luto pero quería estar ahí para ella. No como lo que había pasado la última vez. No permitiría que eso se repitiera.

Se aseguró de mantener a Keziah al tanto de lo que ocurría, aunque ella no quisiera saberlo. Su hermana mayor, Freya, había "vuelto de entre los muertos" y afirmaba que podía ayudarles a ganar contra su loca tía Dahlia, que quería a su hija.

Klaus tomó asiento en su sillón mirándola interactuar con Hope. Le hizo muecas a la niña provocando sus risitas y gorjeos Él sonrió ante la visión.

―Rosie, tú, sabes que puedes hablar conmigo de cualquier cosa. ―Dijo Nik. Ni siquiera estaba seguro de que eso fuera lo correcto. No quería estropearlo.

―Nik, por favor, no lo hagas. ―Keziah suspiró y se levantó. Hope había apoyado su cabeza contra su hombro. ―Se está cansando, deberías ir a acostarla para su siesta. ―Le dio un rápido beso en la frente y luego pasó a Hope a los brazos de Nik que la esperaban.

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―¡Keziah Rose, despierta! Necesito tu ayuda. ―Rebekah retumbó mientras entraba en la habitación de Keziah y arrancó la funda del edredón, revelando que estaba acurrucada y desplazándose por Instagram.

―Bekah, vete. ―Ella gimió y trató de retirar las mantas, pero fue inútil. No importaba en qué cuerpo estuviera, Rebekah siempre sería más fuerte que Keziah.

―¡No! Eres mi amiga y necesito tu ayuda. ―Le quitó a Keziah el teléfono de la mano y miró lo que le interesaba tanto a Keziah. ―¿Por qué estás acechando a esa doppelbitch?―

―Mira el pie de foto. ―Keziah insinuó una sonrisa divertida en su rostro.

―Nunca me sentí tan bien de estar viva. ―Bekah imitó la voz de Elena. ―Dios, sus pies de foto son tan patéticos como ella. ¿Es eso todo lo que querías mostrarme, de verdad?―

―Bekah, vamos. Lee en él. ―Ella puso los ojos en blanco.

La cabeza de Rebekah se levantó cuando se dio cuenta. ―No puedes estar hablando en serio. Ellaempujó la cura por la garganta de Katherine y luego Silas huyó con ella.―

―Eso es lo que pensé. Pero luego investigué un poco. Verás, Bonnie regresó del mundo de la prisión y la prisión era una instantánea de un día de 1994. Así que, la cura todavía estaba allí. Bonnie debe haber ido a buscarla antes de regresar, trayéndola con ella.―

―Debo decir que tengo que darle algo de crédito a la bruja. ―Rebekah señaló con su dedo acusador a la bruja. ―¡Deja de distraerme! Necesito tu ayuda, es urgente.―

―Noooooo. ―Gimoteó Keziah, envolviendo el edredón alrededor de su cuerpo cubriendo su cabeza como si fuera una capucha.

―Keziah, me estoy desangrando. ¡No sé qué usar! Nunca había tenido que lidiar con un periodo. ¡Pero ahora que soy una bruja es un problema enorme! Actualmente estoy usando pañuelos de papel.―

Keziah soltó la carcajada más fuerte que había soltado en años. No esperaba que Rebekah saliera con eso. ―¿Estás usando pañuelos de papel?―

Fue un sonido bienvenido en el recinto. Nadie había escuchado a Keziah sonar tan alegre en mucho tiempo.

―¡Sí, ahora ayúdame por favor! ―Rebekah suplicó sacando los ojos de cachorro.

―Bueno, déjame presentarte a la mejor amiga de una chica. ―Keziah se dirigió a su cuarto de baño; el edredón seguía pegado a ella mientras cogía la caja. ―Mete el tampón en tu....―

Keziah dejó caer la caja al darse cuenta. No recordaba haber tenido su última menstruación.

Salió corriendo de su habitación dejando atrás a Rebekah gritando mientras bajaba las escaleras a toda velocidad, pasando por delante de unos confundidos Klaus y Elijah. Casi tropezó al bajar las escaleras mientras se ponía los zapatos.

Sólo había un lugar que le daría la respuesta definitiva que necesitaba. La farmacia.