Abomination ⤖ Kol Mikaelson -ˋˏ [Español] ˎˊ

𝐗𝐋𝐕𝐈𝐈𝐈

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*̥˚ chapter forty eight: the last song✧
˗ˏˋ what am I gonna cause I can't let go her? what am I gonna do when the last song's over?'ˎ˗

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EL PLAN ESTABA EN MARCHA. Keziah y Kol habían salido del piso franco, después de despedirse del resto de la familia. No les contaron exactamente su plan de devolver la vida a la gente, pero tenían algo importante que hacer y los alcanzarían más tarde.

Pensaban mudarse a Los Ángeles, para criar a Hope, lejos de Nueva Orleans y de la ira de Marcel Gerard. Keziah no podía quejarse, le encantaba Los Ángeles.

Kai le había dado una idea de cómo era el personal de Arcadius. Fue algo que le sirvió para lanzar un hechizo de rastreo sobre el objeto. Encontraron el objeto con una Sirena, Seline, que estaba dispuesta a ayudarles siempre y cuando fuera liberada.

Con la promesa de ser liberada, entregó el diapasón a los vampiros, dándoles un plazo de tres días para liberarla de los planes de Cade. Si no lo hacían, tenían la amenaza inminente de ser comidos vivos por ella.

Era muy exigente con los vampiros.

La siguiente orden del día era encontrar a un Maxwell. Sólo un Maxwell podía hacer sonar la campana y ellos tenían el componente que faltaba para hacerla sonar.

A Keziah le pareció irónico, cuando descubrió que el Peter Maxwell que habían estado buscando era el padre de Matt Donovan. Si no hubiera matado a Matt, podría haber conseguido que tocara la campana, pero nunca se arrepentiría de haber matado a Matt.

Kol obligó al hombre a buscar la reliquia en su tienda de autos. La encontró escondida en una pequeña y discreta caja. En cuanto la tuvieron se pusieron en camino hacia Mystic Falls.

―¿Estás lista para esto, muñeca? ―le preguntó Kol, mientras estaban en la torre del reloj. Ella miraba profundamente la campana.

―Tan lista como lo estaré siempre, es la única manera de traerlos de vuelta. ―Le dijo.

Todo lo que tenían que hacer era tocar la campana al menos cinco veces para que las puertas del infierno se abrieran. Entonces se asegurarían de que Peter Maxwell no pudiera volver a tocar la campana. Definitivamente, no querían liberar el fuego del infierno.

Keziah sacó los dos objetos de su bolsa y los pegó antes de agacharse debajo de la campana y unirlos.

―Esto es.―

Kol sostuvo a Peter a distancia y lo miró a los ojos obligándolo. ―Golpea la campana, cinco veces y sólo cinco veces. No volverás a acercarte a esta campana y si alguien intenta hacerte tocar la campana, mátate inmediatamente.―