Emily Brownbear es la menor de sus dos hermanos, y la menor de la segunda generación de Brownbear's. Bisexual y abiertamente Géminis. Casi invisible ante el ojo público, casi un trofeo ante los negocios de su familia.
Su vida parece estar completame...
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⟦10⟧
➵ Provecho
—EMILY— —BROWNBEAR–
—Vamos a chocar.
—Claro que no. —Reí por lo bajo—. ¿Sabes que es lo único que quiero chocar esta noche?
Se mordió los labios y me vió.
—Sí, creo que sí.
—Oh, crees que sí. —Repliqué, juguetona.
Íbamos por la carretera rombo a casa de Apple. Mi mano estaba sobre su muslo, probablemente como un pequeño incentivo para no dejar morir la llama. La subí un poco más, ella suspiro.
—Escoge la música que gustes. —Le ofrecí, mientras miraba en el GPS la dirección de su casa.
—¿Te gusta Girl in red? —Me pregunto, tocando la pantalla—. ¿Puedo quitar el GPS?
Le pase mi teléfono, dejando el volante por un segundo para tomar la palanca de cambio, todo por no quitarle la mano del muslo. Ella palideció.
—Tranquila —Le dije, sosteniéndola más fuerte—, no te irás sin antes venirte.
Se ruborizó, tomo mi muñeca y la subió aún más, sentí el calor entre sus piernas de inmediato. Me fijé en su rostro, estaba al rojo vivo, evitando mi mirada.
—Te callas o tendrás que limpiar este asiento. —Advirtió con la voz cansada.
Fue suficiente motivo para pisar el acelerador y llegar lo antes posible a su casa. No pasaron ni diez minutos, cuando ya estábamos entrando a su calle.
—Aparcate un segundo, entro, abro el garaje y te metes por ahí. —Explicó, quitándose el cinturón.
—Rápido, que tengo ganas de meterte otras cosas.
Rodó los ojos de manera juguetona y salió del auto. Abrió el garaje y metí el auto. Salí lo más rápido que pude para encontrarme con ella en lo que parecía ser su sala.
Ni siquiera la deje hablar cuando me le abalancé. Tome el cuello, apoderándome de sus labios. Nuestras bocas bailaban al compás del deseo, entre tanto me aferraba a su vestido por las caderas, presionándola más y más a mí. Se separó de mí, para tomarme de la mano y llevarme escaleras arriba hasta lo que parecía su habitación. Cerró la puerta detrás de ella, poniéndole seguro. Encendió una lámpara que tenía en un escritorio que tenía cerca de la puerta.
