⟦05⟧
➵ Hasta parece que mato gente
— EMILY —
— BROWNBEAR —Bajé del auto, pisando fuerte el asfalto del estacionamiento de mi cafetería, con mis elegantes suelas de serpiente Gucci. Mire mi reflejo en una de las ventanillas, me asegure de que los pequeños clips de cabello no se hayan movido de lugar en mi medio desastroso cabello.
Las personas que me rodean sin conocerme asumirían que soy una prepotente que le gusta presumir su ropa cara. Pero en realidad soy una narcisista que le gusta presumirse a si misma con ropa cara.
Deje de contemplarme y active la alarma con el mando a distancia mientras me metía por la puerta principal de la cafetería.
Cuando entre el aire hogareño me abrazó con fuerza. El olor a galletas de chocolate y café simplemente me teletrasportaron a un lugar que extrañaba demasiado, algo así como mi viejo hogar.
Mientras caminaba saludé a algunos viejos clientes del local con los que ya había podido hablar antes. Algunos eran trabajadores de oficina, personal de construcción y algunos ancianitos. Nada destacable, más allá de que el pastel de manzana era uno de los mejores de la ciudad y eso.
Obviamente.
No lo cocinaba yo. Pero, técnicamente, es de mi propiedad.
Me acerqué al mostrador. Grecia, la chica encargada de básicamente todo mientras Karter y yo no estábamos en el local, fue la primera en recibirme. Le regalé una sonrisa de boca cerrada. Era una simple cajera que a veces hacia de mesera y muy pocas veces de cocinera.
Era una buena chica y había demostrado ser una gran trabajadora.
—Hola, señorita Emily —Me saludo chica.
Sus grandes ojos azules oscuros me miraron a través de sus cortas pero gruesas pestañas. Me fijé mejor en su rostro y percibí pequeñas pequitas en su nariz y en sus rosadas mejilla, la gorra café que llevaba le cubría la cabeza pero no lo suficiente como para pasar por desaparecida su cabellera negra atada por su habitual coleta baja.
—Buenos días, Grecia –de mi sonrisa, hice la mitad y cruce el mostrador—. ¿Algo nuevo que reportar?
Caminé a la cocina para servirme un café y comerme un pan dulce. Saludé a los cocineros y al lavaplatos. Volví a ver a la chica mientras el café se servía en mi vaso, ella sopló un diminuto mechón de cabello que tenía en la frente, tomo un papel que estaba debajo de la caja.
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¿Quien se queda con el oso?
Novela JuvenilEmily Brownbear es la menor de sus dos hermanos, y la menor de la segunda generación de Brownbear's. Bisexual y abiertamente Géminis. Casi invisible ante el ojo público, casi un trofeo ante los negocios de su familia. Su vida parece estar completame...