—¿No crees que deberías de hablar con ella? —la voz de Armond se escuchaba por el altavoz de mi teléfono—. Deben solucionar esto.Apple había pasado toda la semana anterior evitándome. Para variar, está no parecía ser diferente. Todos los días eran la misma mierda, no podía hablar con ella por qué cada vez que me veía se daba media vuelta y se iba. Quería tomarla desprevenida, pero su amiga "Megan" no me lo permitía.
—Armond, ¿Que puedo solucionar? —Seguí pegándole a la pared con mi pelota de Voleibol—. Todo se fue a la verga. A mí me está llevando la verga.
—La niña se desvive por tí. Solo habla con ella. Se te hace tarde y las dos se están haciendo daño.
Detuve la pelota. Por alguna razón, las palabras de Armond me sonaban sospechosas. Pero no era algo desatado de mi crisis nerviosa, era otra cosa, como mi sentido arácnido o algo así. Le di un gran trago a mi copa de Margarita casera, para refrescar mi garganta y tomar los huevos de hacerle una pregunta crusial a Armond.
—¿Momd, has escuchado algo?
Silencio, eso es sospechoso.
—¿Escuchar qué?
—No sé. Los hombres son chismosos, pudiste haber escuchado algo —Otra vez silencio, mis sospechas eran ciertas—. ¿Que escuchaste, Mond?
—Emily...
—Dilo.
—Emily, no creo que se conviniente decírtelo por teléfono.
—Me importa una mierda, sea lo que sea, quiero saberlo, Armond Cass.
Un sonoro suspiro se escucho al otro lado de la línea. Estaba temerosa de lo que Armond pudo haber escuchado, pero aún con el corazón en la garganta quería saberlo. Quería saber todo de mi Apple, aunque ella ya no fuera del todo mía.
—Creo que está saliendo con alguien más —Más puto silencio—. No sé, creo que es el chico que hace de Romeo.
Ese gato rompe hogares. Ni siquiera recordaba su nombre.
—¿¡Con ese suripanto!? —le grité al teléfono—. ¿¡Está tirando con ese idiota!?
Gruñí al aire. No sé por qué derrepente me altere. No quería ofender a todos los ancestros de ese maldito renacuajo hijo de la gran...
—Emily, cálmate.
—¡ESTOY CALMADA! —gruñí—. Solo qué, ¡Mierda! No sé qué hacer.
—Ya te lo dije, habla con ella.
—¿Hablar de qué? —Me hice bolita sobre el pasto, y escondí mi cabeza entre mis rodillas—. Voy a decir una estupidez y la voy a cagar más. Armond, cuando ella me habla así de seria, el cerebro no me funciona. Estoy perdida.
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¿Quien se queda con el oso?
Teen FictionEmily Brownbear es la menor de sus dos hermanos, y la menor de la segunda generación de Brownbear's. Bisexual y abiertamente Géminis. Casi invisible ante el ojo público, casi un trofeo ante los negocios de su familia. Su vida parece estar completame...